En mitad del aulario, tieso como un poste, mis ojos estaban clavados en la fotocopia de color verde sujeta con una chincheta al panel de corcho:
«CONFERENCIA GRATUITA: LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN
A cargo de Jedediah Whateley.
Conoce cómo acceder a otros universos, desvela las verdades de la existencia a través del conocimiento esotérico. Libérate de las ataduras del racionalismo. Entrada libre hasta agotar aforo».
En la esquina inferior derecha un extraño emblema: una especie de estrella de mar negra, esquemática, de siete brazos, con un ojo en su centro, enmarcada en un dodecágono blanco, que a su vez estaba contenido en un círculo gris.
Justo al lado, resaltando en un recuadro con letras llamativas en tipografía gótica, rezaba un nombre que hizo que repiquetearan campanas en el interior de mi cráneo:
Congregación Teosófica Humanista Unida
Aquel anuncio tenía una pinta malísima. Apestaba a nido de colgados o a secta destructiva, pero, aun así, algo en mi interior, una profunda corazonada, me decía que tenía que investigarlo, tenía que averiguar qué relación había entre aquellos extraños cuadros, aquella congregación, y el siniestro alumno de intercambio. Se celebraba esa misma noche. Prometía ser un comienzo de semana interesante.
–Extracto de Imposible pero incierto (una novela de horror có[s]mico)
C.T.H.U.L.H.U
http://www.esotericorderofdagon.org/index.html