por R. R. López | 13/12/2013 | Ficción absurda
El resonar de un silbato tres veces nos ayudó a decidirnos sobre la dirección que debíamos tomar. La imagen del silbato de plata (…) me vino a la mente como un fogonazo. Comenzamos a correr tan rápido como nos fue posible. Justo antes de doblar la esquina oímos...