Hola, toca una de esas entradas insulsas sobre la lista de ventas y tal, pero como me siento culpable de taladrarsus las meninges, además de la imagen que pongo a renglón seguido, seguiré analizando los efectos de 50 sombras, esa ovra maehtra de lo que, a partir de ahora, he decidido bautizar como «literatura calientaburras», por el mítico afrodisíaco que en teoría le echaban los desaprensivos en las copas a las mushashas en los bares para hacerles el cucu-tras sin que ellas fueran conscientes del abuso.
Pero hoy vamos a centrarnos en los efectos colaterales que está teniendo esta novela, y es que me he metido en el top 100 de novela erótica de amazon, y he flipado con la ristra de clones de «50 sombras», que como morcillas de Burgos unidas con guita,
nos ofrecen portadas como esta:
En principio querían llamar lo «50 tinieblas de Groy», pero vieron que «La sumisa insumisa» era más cachondo.
Supongo que la segunda parte la llamarán «Fue a por trabajo y le comieron lo de abajo».
Creo que va de una objetora de conciencia aficionada al sadomaso que se niega a hacer la mili o la prestación social sustitutoria.
Ya se está perfilando toda una fórmula para sacar libros de estos.
Si os vais a la página de amazon podéis ver que la mayoría tienen que tener un número en el título, igual que su precursora. verbigracia:
– Tres mujeres solas
-Treinta noches con Olivia
-Las doce labores de andrómeda. (este último viene acompañado del subtítulo «Sado fuerte»). Flipando me hallo.
Llevo unos día planteándome sumarme a la moda. Tras analizar estos factores he decidido que mi superlibro erótico sadomaso romanticón se llamará:
30 ligres de Mongler.
Narra el tórrido romance del domador de ligres Mongler, trasunto literario de Ángel Cristo, que usa su látigo para algo más que para domar felinos híbridos.
En fin, sólo cabe esperar que no se pongan de moda los libros de zoofilia, y las librerías no se llenen de títulos en plan «Platero y yo (nos lo montamos)», «La vida secreta de la burrita Peca», o «Memorias eróticas de un Dromedario».
La verdad es que a mi este de la foto me recuerda su título a una película italiana de los 80 al más puro estilo Jaimitiano
La verdad es que imaginarse a Grey con la cara de Alvaro Vitali mola…
Ya me imagino burritos que se llamen algodoncito cariñosos…excitante género literario…
Rebelión en la granja nunca volverá a ser lo mismo…