El resonar de un silbato tres veces nos ayudó a decidirnos sobre la dirección que debíamos tomar. La imagen del silbato de plata (…) me vino a la mente como un fogonazo.
Comenzamos a correr tan rápido como nos fue posible.
Justo antes de doblar la esquina oímos un fuerte aleteo y un extraño ruido causado por alguna entidad biológica de gran envergadura, aunque no podíamos aventurarnos a decir de qué animal se trataba, por ser una extraña mezcla entre el graznido de un ave de portentoso tamaño y el chirriar de un insecto. Lo único que puedo asegurar es que me puso la carne de gallina.
Al doblar la esquina, la calle estaba desierta.
―Este ya va camino de Aldebarán[1] ―le dije a Pastrami, quien se quedó mirándome fijamente durante un momento, al no entender mi velada referencia.
[1] Estrella más brillante de la constelación de Tauro y la decimotercera más brillante del cielo nocturno.
-Extracto de Imposible pero incierto (una novela de horror có[s]mico)