CAPÍTULO 3:UN AMARGO DESAYUNO
Mientras mis compañeros realizaban el pedido del desayuno bajo una hostilidad y tensión crecientes, me puse a ojear un periódico que estaba abierto sobre el mostrador.
(…)
«PROFANACIÓN DE TUMBAS EN LA MEZQUITA CATEDRAL
La pasada noche tuvo lugar en el insigne monumento cordobés un acto vandálico cuya consecuencia ha sido la profanación de un sepulcro.
Esta mañana, al producirse el relevo del turno de noche al turno de mañana, el guarda jurado de la empresa que gestiona la seguridad del monumento no encontró al compañero encargado del turno cesante. Al inspeccionar las instalaciones encontró que una losa de mármol blanca, ubicada en la zona del edificio correspondiente a la ampliación de Almanzor, cercana al conocido popularmente como «colmillo del elefante» que se halla suspendido del techo por dos cadenas, había sido rota, y el contenido de su interior reducido a cenizas.
Hasta el momento se desconocía que dicha losa fuera una tumba, dado que carecía de grabado o signo alguno, y no se mencionaba nada al respecto en ningún texto histórico».
Por un momento hice una pausa en la lectura y señalando el titular interpelé a Ramiro: ―¿Ves?, te dije yo que no me lo había inventado.
-Extracto de Imposible pero incierto (una novela de horror có[s]mico)-