Si quieres ser escritor no podrás evitar preguntarte si has escogido un buen momento para ello. Muchas voces catastrofistas dicen que pasamos por uno de los peores momentos del mercado editorial pero, ¿es cierto ese enfoque pesimista? ¿Hay motivos para pensar de otra forma?
Hay un personaje de cine que me encanta: el controlador aéreo de Aterriza como puedas, que a lo largo de la peícula se va dando cuenta de que eligió un mal momento para dejar sus adicciones.
El punto culmen llega cuando el hombre, abrumado por el stress, dice:
–Elegí un mal momento para dejar de esnifar pagamento.
En el caso de los escritores puede ser al contrario, y viendo cómo está el panorama, más de uno puede pensar:
Elegí un mal momento para ser escritor.
Ser escritor hoy: Vaso medio vacío
En alguna de las ocasiones en que he reflexionado sobre esta cuestión he acabado con pesadumbre de ánimo, al ver el panorama negro como dos watussis peleándose en un túnel.
Al parecer el mercado se hunde, hay demasiada competitividad de otras formas de ocio con la lectura, el panorama inundado por esos insensatos autores indie que osan lanzar sus publicaciones sin el beneplácito del estamento editorial, la piratería digital, etc.
Ya te he hablado de eso muchas veces en el blog.
Ser escritor hoy: Vaso medio lleno
Al final puede que sea cierto aquello de «nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira».
Pero si es un cristal de espejo solo verás tu cara.
Y si es un cristal tintado, ni eso.
Abandonando el apasionante mundo de los refranes y sus imperfecciones, de lo que quería hablarte es que el otro día leí un artículo que, partiendo de un análisis bastante objetivo, aportaba un visión que relativizaba el pesimismo vertido por muchos «expertos» del sector editorial, casi siempre pertnecientes a las grandes empresas de edición tradicional que ahora ven peligrar su status.
Este artículo se centraba en la época en la que fue escritor Yeats, decisión que implicaba vivir en la pobreza, pero pobreza de verdad. Principalmente la información para afirmar eso la saca de un libro titulado Among the Bohemians (entre los Bohemios) y se centra en la vida de y sacrificios que tenían que hacer los escritores entre 1900 y 1939.
Para empezar, actualmente el número de personas alfabetizadas es mayor, casi del 100% de la población, situación que no se daba en épocas anteriores, como la posguerra española, para ir más lejos.
Esto hace que tu público potencial aumente significativamente.
Otra ventaja de la que gozamos en nuestros días, y de la que no nos damos cuenta por no haber vivido tales restricciones, es la significativa falta de censura, puesto que en épocas pasadas muchas obras podían caer en el sesgo editorial que la censura ejercía sobre determinados temas. Ahora no tienes ese problema. No hay un todopoderoso editor o un comité censor que pueda condenar tu obra al silencio eterno solo porque no le guste algo de lo que hay en ella.
La mejora de las herramientas para los escritores también es asombrosa. imagínate ahora escribir y corregir una novela con una máquina de escribir.
Menudo coñazo, y sin duda se tardaría mucho más que haciéndolo con un ordenador.
Ahora, casi cualquier tema sobre el tengas que documentarte para escribir puedes investigarlo sin levantarte de la silla de tu estudio, gracias a internet.
imagínate hace unas décadas lo que tenía que ser escribir una novela sobre un ingeniero mecatrónico afincado en Lichtenstein con alergia a los mejillones. Un puto infierno.
Hace unas décadas, la única forma de poder publicar a un coste razonable con una distribución decente era si tenías la suerte de que algún editor apostara por ti. Por suerte, actualmente puedes publicar tú mismo un libro que se comercialice en varios países del mundo, de nuevo sin levantar el culo de la silla.
Cuando publiqué, allá por 2004, historias que no contaría a mi madre con la editorial zócalo, la perspectiva de que el libro se leyera fuera de España era virtualmente imposible. Ahora hay gente (poca) que se descarga mis libros en Japón, USA, Italia, Inglaterra…
Así que, aunque la cosa esté difícil, piensa que siempre lo ha estado, puede que el momento actual no sea uno de los más complicados para ser escritor.
Tocas un tema delicado.
De entrada esta sociedad y los medios tecnológicos que tenemos a nuestra disposición han hecho que salgan escritores como hongos por doquier pero, sinceramente, ¿todos los que abren o abrimos un blog «literario» creen ser escritores?
Yo muchas veces miro a mi alrededor y lo único que veo es que actualmente todo el mundo quiere ser cantante o tertuliano con ínfulas de periodista, cocinero, modelo o…. escritor. Abrir un blog, autopublicar un libro no significa que seas escritor. Ahora cualquiera puede autopublicar pero no por eso tiene el oficio de «escritor»
Para mí todos estos que publican y venden sólo porque salen en la tele, para mí no son escritores. Tampoco lo son todos los que abren un blog, aunque puede que tengan capacidad para hacer frases coherentes y que lleguen a un determinado grupo de gente, pero un escritor ha de tener una formación y un bagage que mucha gente no tiene.
Cuál es la labor del escritor? Hacer que quien lee aprenda y viva otras experiencias, reflexionar sobre el mundo que nos ha tocado vivir, criticar la sociedad o algún aspecto de ella que sea motivo de crítica, denunciar, entretener también pero el escritor usa la palabra para explicar el mundo que nos rodea, o para contar aspectos del ser humano, sentimientos, frustraciones…
Todo eso hay que pedirle a un escritor y es muy difícil ser escritor. Siempre lo fue. No sólo escritor sino pintor, actor… No es desconocido que muchos vivieron en la miseria o con empleos realmente penosos.
Para mí escribir en un blog es como el que tiene un diario. Las nuevas tecnologías están pensadas para «compartir» todo con todos. Y parece como si la sociedad actualmente provocara la necesidad de que todos nos pongamos a compartir nuestros pensamientos. No es nada malo. Es libertad de expresión.
Ser escritor es mucho más que abrir un blog y ponerse a publicar. Eso no significa que no tengamos el derecho, la necesidad y la libertad de expresarnos por cualquier medio. Y un blog es un buen medio para ello, porque siempre puede ayudarnos a crear algo que sí sea interesante.
Internet favorece el hacerlo todo desde una silla. No moverte de tu habitación para informarte de cosas es un gran avance pero para escribir hay que moverse, tener vivencias físicas y eso internet no lo ofrece.
Es una cuestión compleja, determinar quién es escritor. Yo pensaba que escritor era aquel que vivía de la escritura. Pero luego me di cuenta de que, en España, solo unos pocos encajan en esta categoría. Casi todos los escritores lo son a tiempo parcial y viven de otras ocupaciones.
Con el tiempo cambié mi criterio, porque el hecho de tener un editor tampoco es garante, puesto que hay verdaderas monstruosidades que cuentan con apoyo editorial pero no tienen la menor calidad literaria.
Después de mucho reflexionar, pienso que es algo multifactorial. Lo imprescindible es, en primer lugar, ser leído. La escritura es un acto de comunicación, y pienso que, por mucho que alguien escriba, si sus textos no son leídos por otros, no se le puede considerar escritor.
En segundo lugar supongo que la etiqueta es atribuible a aquellos que tienen el mismo interés de un público, ya sea menor o mayor en número, que le sigue y manifiesta dicho interés por su obra.
Algún factor más debe haber para acotar la cuestión, pero ahora mismo no se me ocurre ninguno. En cualquier caso no deja de ser una etiqueta, ya sea auto impuesta o no. Cuando la mano se abre, el puño desaparece, pero, ¿no siguen siendo la misma cosa?
Sí, las manos abiertas o cerradas son manos igualmente. Lo importante es lo que ofrece esa mano.
¿Sabes lo que más me gusta de los blogs? El intercambio de opiniones.
Ciertamente, eso es lo más enriquecedor, Lantanique
Estoy de acuerdo con lo planteado acá. Siempre ha sido difícil. Hoy en día es mucho más fácil escribir y documentarse, pero esto tiene una contra: También se satura demasiado el mercado. Y eso conlleva al hecho de que se escriben demasiadas cosas malas (Crepúsculo, 50 sombras y otras «sagas» truñeras, es con ustedes). Por mi parte, prefiero la calidad antes que la cantidad.
También depende mucho de la difusión cultural del país. En el mío, prácticamente es NULA y de hecho, si una persona está con un libro en uno de sus ratos libres, entonces hasta es visto y catalogado como un bicho raro. Me pasó muchas veces en la Universidad, porque siempre estaba leyendo libros que no eran de la carrera, sino de literatura. Si leer es visto así, imagínense escribir.
Cierto lo que comentas, pero internet puede ayudar a superar las barreras territoriales, haciendo que tus escritos puedan llegar fuera del ámbito local o nacional, cosa que hace una década era imposible
En ese caso, se cumpliría una vez más la frase tan mentada: «Nadie es profeta en su tierra»
Por desgracia eso suele pasar casi siempre.
Hola, R.R, acabo de aterrizar en tu blog y me ha encantado esta reflexión que planteas. Además, compartimos algunas opiniones respecto al tema.
Ahora me gustaría dar mi impresión de lo que es ser escritor, puede que suene ingenuo o idealista, quien sabe, jeje:
Dicen que el hábito no hace al monje. El monje es monje por lo que siente en su interior. Y ese símil es aplicable al escritor. Pienso que también hay que tener en cuenta dos factores. La vocación –el deseo de realizarte como ser humano con lo que más te gusta hacer – y la pasión, ambas muy unidas. En mi caso, siempre he querido ser escritor y llevo picando tecla –una de las ventajas que mencionas, jeje, tener ordenadores– desde que era un renacuajo. Mi estilo ha ido mutando constantemente a lo largo de los años, al principio quizá –de los 14 a los 17, más o menos– se veía muy marcado por algunos autores que me gustaban. Pero poco a poco he ido descubriendo mi Yo, mi sello personal, algo que seguirá mutando con el tiempo a la par que mi madurez. En mi caso fue el año pasado cuando decidí que iba a cumplir mi sueño, dedicarme a lo que realmente deseaba hacer –aunque tengo un affair innegable con el diseño gráfico y la ilustración– pasando de las críticas e «incomprensiones», empezando desde cero con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio, y escuchando a mi niño interior. Soy novato, vamos, pero voy aprendiendo.
Una tía mia –que podría catalogar como mejor amiga– me dijo hace unos diez años, al oírme decirle que todavía no era un escritor: «Tu ya eres, y siempre serás escritor. Llevas toda la vida plasmando ideas, soñando cosas maravillosas que eres capaz de contar en unas pocas palabras. Tienes la creatividad y el alma necesaria, ahora, solo te falta un poco de suerte cuando decidas abrirte camino».
En lo personal creo que no elegí un mal momento para ser escritor. Elegí el oportuno, cuando sentí que estaba preparado para afrontar el bestia y descomunal reto.
Bueno, concluyo ya, que me enrollo como una persiana. Solo me queda decirte que me pasaré por tu blog mas veces, lo encuentro interesante. Un saludo! ; )
¡Bienvenido! Pues sí, yo pienso que pese a lo que pueda parecer, sí que es buen momento para ser escritor. Mucho ánimo y paciencia, que es lo que nos hace falta.
Gracias por comentar.
¡Nos leemos!