me siento editado
Con el título de este artículo no quiero decir que me hayan puesto en times new roman 12 con párrafo justificado.

No.

Me refiero a que siento como si tuviera un editor detrás.
Me explico.
Una editorial, y por ende un editor, apoyan los escritos de un determinado autor, arriesgan invirtiendo recursos en la publicación de su obra, y esto, para el público es garantía (aunque no siempre sea cierto) de que la obra tiene unos mínimos de calidad e interés para el lector, puesto que el editor confía en recuperar su inversión, y el público piensa que, de no haber cierto valor intrínseco en la obra, el editor no correría el riesgo.
Pues bien, a pesar de ser un autor indie, o un tío que escribe y publica en Amazon, si quieres que suene menos rimbombante, yo me siento editado.
Me siento editado, por ejemplo, cuando mi querido amigo Rafael Carcelén accede a invertir su tiempo en maquetar Lo poco que sé del misterio sin pedir nada a cambio, a pesar de que hace tiempo que dejó de dedicarse a ello.
Las horas de un profesional tienen un precio, y él está apoyándome, arriesgando recursos, quitándose horas de su tiempo libre (soy consciente su mujer me tiene que odiar) y de estar con los suyos, trabajando en mi libro después de su jornada laboral, en su tiempo de descanso, me consta que a veces incluso por la noche.

Así que, para mí, el ha hecho más labores de editor que el responsable de la editorial con que publiqué originalmente Historias que no contaría a mi madre.

Su compromiso es tal que me obliga a dar lo mejor de mí, a confiar en lo que hago, a comprometerme, para no desmerecer tantas horas de su magnífico trabajo.
Me siento editado cuando amigos como Regor d’Arnes contactan por Twitter con directores de cine para recomendarles mi novela, cuando cualquiera de los lectores del blog se toma el esfuerzo de darme una estrella o dejar un comentario, cuando tuiteros como @tri6969  y muchos otros retuitean algún contenido relativo a mis libros, cuando booktubers como Coos Burton o Aitzber Conesa dedican su tiempo para reseñar mis escritos, cuando cualquier usuario de Goodreads se toma la molestia de reseñar o puntuar mis libros, cuando alguien vota en Wattpad o deja un comentario e alguna de mis publicaciones.
Estos pequeños y grandes gestos me hacen sentir respaldado, me ayudan a pensar que lo que hago vale la pena, aunque no tenga detrás un departamento de expertos en marketing para ayudarme a promocionar mis libros, aunque no esté de forma perenne en las listas de ventas, siento que tengo detrás a los mejores editores del mundo, gente que confía en mi de forma desinteresada, que me ayudan día a día a superar el complejo de escritor indie y a luchar contra la adversidad.

Por eso, decía, me siento editado, y agradecido, y me gustaría que estas palabras sirvieran para dejar constancia de ello.

Todos, a su forma, invierten parte de su tiempo o su trabajo, en ayudarme a seguir adelante, demostrándome que lo que hago tiene un valor, aunque a veces haya quien prefiera piratear mis libros a pagar precios más que justos, aunque el éxito de ventas no siempre acompañe al esfuerzo invertido, aunque a veces haya críticas despectivas que intenten hacer ver que alguno de mis libros solo es tolerable porque han podido leerlo gratis o a un precio ridículamente bajo.

A todos ellos, gracias.

A ti, gracias.

Esperemos que valga la pena.

A más ver

R. R. López