motivacion-para-escritores

Supongo que en este título es en lo que se resume la vida, pero es especialmente aplicable a la vida del aspirante a escritor.
Al final acabas siendo como una raíz, que avanza penetrando en la oscuridad de la tierra, a la búsqueda de salir al exterior a una luz que intuyes, pero que todavía no ves, guiado tan solo por una fuerza inexorable que te empuja, por un instinto ciego.

A veces das con una piedra que no puedes atravesar, y parece que ahí acaba tu camino, pero tienes que seguir avanzando, y la rodeas lentamente, para poder continuar tu lento ascenso.

Al menos así me siento yo a veces.

Hay épocas en las que todo esfuerzo parece carente de sentido, no hay ventas de libros, no hay menciones o reseñas en redes sociales ni blogs. Parece que lo que haces es un eco en mitad del desierto sin oídos que lo escuchen, una vibración inútil condenada a extinguirse, condenada a la nada.

¿Cómo suena un árbol que cae en mitad de un bosque si no hay nadie para escucharlo? Es un viejo koan zen, que podría traer respuesta a muchos de estos desvelos, tan solo si fuéramos capaces de despejar la mente para poder aprehenderlo.

Sabes que hay libros que están en algunos sitios esperando a ser leídos, esperando a eclosionar en otras conciencias, pero el momento no llega. Yacen olvidados en algún cajón, en alguna cola de espera, en algún disco duro.

Pero tú tienes que seguir escribiendo, publicando, en tu blog, en las redes, tus manuscritos.
Sin detenerte, pensando constantemente en nuevos proyectos a pesar de que los que acabas de cerrar parecen no llevar a ningún sitio, buscando esas pequeñas señales que te sirven de aliento.

A la espera de que tu obra pueda surgir algún día de la tierra, para despuntar y convertirse en una hermosa flor.

Es una actividad curiosa esta, una curiosa sensación, en continua zozobra, como la propia existencia.

Como vivir un sueño del que nunca se despierta, aunque a veces a uno le gustaría despertar cuando se vuelve una tediosa pesadilla.

Y podrías despertar, está en tu mano, tan solo tienes que olvidar que un día tuviste un sueño, dejarlo todo y seguir con el devenir de tu existencia, como si nada hubiera pasado.

Pero eliges seguir adelante, a pesar de todo.

Gracias por permitirme compartir hoy contigo tan oscuras reflexiones.

A más ver

R. R. López