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Esta es su cara de gustico sadomaso

Hola, sé que no viene muy al hilo, pero es que al ver la cara del Arnold no he podido de resistirme.

Y es que con la leche de la escritura no tengo mucho tiempo para urdir entradas complejas, y claro, la calidad baja, pero creo que es importante dar constancia del tiempo en que vivimos, dado que todos los signos apuntan a que la teoría de los mayas del fin del mundo y el 2012 venía con efectos retardados.

¿Y cuáles son esos signos? Si no os lo estáis preguntando, hago como si lo seriese y sus respondo:

1. El Papa ha dimitido.

2. Arnold vuelve a las pantallas.

3. 50 sombras de Grey es uno de los libros más vendidos, si no el que más, no le tengo seguida la pista.

Estos 3 factores tan sólo pueden ser indicativos de una degeneración mental del homo sapiens que forzosamente desembocará en nuestra vuelta a las cavernas.

Si no lo creéis, tiempo al tiempo. En realidad los conspiranóicos creen que la causa de la dimisión del papa fue que tras leer Cincuenta sombras de Grey fue tan consciente de su carnalidad que se sintió impuro e impedido para desempeñar el cargo, tras lo cual se fue al cine a ver la nueva de Arnold, y se cerró el círculo.

Todo encaja como un puzzle sideral.

Otra vertiente de los conspiranóicos dice que el Papa dimitió para ver si Rajoy tomaba ejemplo, pero al parecer no ha dado resultado.

Un tercer sector de la conspiranoia profunda opina que el Papa era en realidad un ligre (como no), y que no podían mantener más la farsa porque el animal estaba ya cansado y se negaba a llevar el disfraz., aunque los portavoces del vaticano han usado el eufemismo «tenía problemas de salud».

Todo esto  me ha hecho darme cuenta de una profunda cuestión Vaticana.

La iglesia no es una institución machista ni anacrónica. El motivo de que las mujeres no puedan ostentar el pontificado se debe más a una cuestión protocolaria y de buen gusto.

Si el papa fuera mujer, el tratamiento de cortesía que habría que darle sería:

Su majestad la Mama.

Podría darse lugar a serias confusiones diplomáticas. Imaginaos a la Mama rociando a Berlusconi con un spray de pimienta cuando este intentara ejercer el usufructo que implica semejante afirmación presa de una confusión lingüística.

Crazy.

Pues sí, pero no creo que veamos la escena nunca.

Y todo esto porque he descubierto como se crean memes. Como dice mi padre, cuando a un tonto le da por un carril, o se acaba el tonto o se acaba el carril.

Y creo que esta entrada es una clara muestra de que escribir la segunda parte de Historias que no contaría a mi madre me esta provocando una seria erosión neuronal.

Vamos, que me estoy quedando tonto (si es que no lo estaba ya).

Así que, para compensar tanto despropósito junto, tan solo puedo ofreceros un par Micros de Cthlhu más, los últimos que he creado para la recopilación que os comenté en entradas anteriores.

Hombre, admitidme que con los tiempos que vivimos es normal volverse un poco loco.

 

Horror a flor de piel

-No, no -dijo el doctor Mortimer con un rictus de seriedad prendido del rostro-, señora, lo que su hijo tiene no es demartitis, son agallas vestigiales -mientras decía esto el doctor era consciente de las terribles implicaciones que conllevaba.

A primera vista había creído que el pobre chico, de andares torpes y desmañados, sufría de bocio exoftálmico pues sus ojos eran como dos huevos duros a punto de salirse de las órbitas y su boca grande como una alpargata, de labios anormalmente gruesos. Sin ser estos dos últimos síntomas característicos del bocio, sí que le habían llamado la atención.

Un colega suyo había iniciado un estudio médico hacía unos años relativo a un extraño síndrome hereditario que se daba en ciertas poblaciones aisladas de la costa de Massachusetts, pero había desaparecido en extrañas circunstancias durante la elaboración del trabajo de campo.

Finalmente no pudo seguir eludiendo la pregunta:

-¿Tienen usted o su marido ascendientes de Innsmouth?

Lost in Translation

Cuando los indígenas señalaron gritando ¡a-mi-go! ¡a-mi-go! nos asaltó una notable confusión.

La expresión de terror de sus caras señalando a las ruinas contrastaba con el que, en nuestras cortas entendederas, pensábamos que era el significado de sus palabras.

No nos resultó extraño que todos conocieran únicamente esa palabra del castellano.

Desde luego las extrañas criaturas fungoides que nos atacaron al penetrar en los restos de aquella antigua ciudad en mitad de la jungla eran de todo menos amistosas.