Club de la lucha

Nunca debe subestimarse el famoso adagio de que la realidad supera a la ficción, y esto ha sucedido con uno de los libros de Chuck Palahniuk, concretamente con su libro más famoso; y ha sucedido en España. ¿Adivinas con cuál? Exacto, El club de la lucha. La propia historia familiar del autor parece sacada de una película, que en algunos episodios podría ser de terror.

Puede que si te hablo de Chuck Palahniuk me respondas el clásico «¿La mujer de quién?», pero si te hablo de El club de la lucha quizá que si te resulte más conocido. A pesar de no ser un gran éxito de taquilla, y estar envuelta en gran polémica, pues algunos interpretaban que la película hacía apología de la violencia, finalmente el tiempo puso a la película protagonizada por Brad Pitt en el sitio que merece, convirtiéndola en una obra de culto.

Esto tuvo también su efecto sobre el libro homónimo en el que se basa, consiguiendo gran popularidad para su autor, Chuck Palahniuk.

Pero, como decía la infausta banda sonora de Pasión de Gavilanes: ¿Quién es ese hombreeee?

Chuck Palahniuk, ese onvre

Chuck Palahniuk y su ficción transgresiva

Chuck Palahniuk, un autor prácticamente desconocido en nuestro país hasta el éxito de la película de  David Fincher, nació en 1962 en el Estado Washington, en la localidad de Pasco.

Estudió periodismo en la Universidad de Oregón.

Con ascendentes Franceses y Rusos provinientes de Ucrania, de ahí su exótico apellido, antes de alcanzar el éxito literario Mr.  Palaniuk trabajó como periodista, mecánico de motores, proyectista de cine,  mensajero en bicicleta, lavaplatos (sí, todavía hay restaurantes que no usan lavavajillas) y redactor de manuales técnicos.

Fue a mediados de su treintena cuando intentó ejercer como autor de ficción, tras asistir a un taller literario que le animó a ello.

Para entender sus libros, esa ficción transgresiva que busca explorar temas tabú como la violencia, la drogadicción o las desviaciones sexuales desde un punto de vista sarcástico, hay que conocer su, por desgracia, inusual historia familiar.

Y dicho sarcasmo hacia la existencia y la sociedad no es gratuito ya que, aunque con frecuencia usa el humor como un elemento más de sus libros, sería más comprensible que se decantara por el terror y la muerte, y que tuviera pocas ganas de bromear.

La violencia ya era una constante en su familia incluso antes de que él naciera.

Su abuelo paterno mató a su abuela con una escopeta, e intentó matar a su padre Fred Palahniuk, que se escondió debajo de la cama. El padre lo buscó para matarlo pero, al no dar con el niño, se suicidó pegándose un tiro.

Las cenas familiares de Navidades y demás fechas señaladas de la familia Palahniuk tenían que ser un temita. 

Y se ve que el pobre Fred tenía reservado un destino final trágico. Pese a haber escapado al infanticidio, años más tarde La Parca volvería a dar con él.

Poco después de que Chuck escribiera el club de la lucha mientras trabajaba como mecánico de motores diesel en una compañía ferroviaria de transporte de mercancías, su padre fue asesinado por el ex-marido y ex-convicto de una novia que se había echado.

Dale Shackleford, que así se llamaba este doble ex, buscó a la mujer, y le disparó a ella y al padre de Palahniuk, tras lo cual llevó los cuerpos a una cabaña para prenderle fuego y fingir que había sido un accidente.

La policía lo detuvo y fue juzgado, cayéndole una pena de muerte de la que se libró por un tecnicismo legal, cumpliendo finalmente cadena perpetua, resultado que no fue del agrado del escritor.

Actualmente Palahniuk vive en una propiedad aislada a una hora al norte de Portland.

El club de la lucha, esa onvra

libro-el-club-de-la-lucha

Ya sabes, si me lees desde hace tiempo, que este libro está en mi lista de futuribles, porque,  sí, lo confieso, aún no lo he leído.

Las referencias que tengo de la obra de Palahniuk son su libro Fantasmas, del que te dejé hace unos meses esta reseña, y la adaptación cinematográfica de El club de la lucha, una de mis películas favoritas, que me cautivó nada más verla, y que me inspiró relatos como De la enternecedora historia de su Mami y Manolito, que puedes leer pulsando el enlace.

relato humorístico

Pero, ¿cómo se gestó esta obra que, paradójicamente, gracias a su carácter inconoclasta, se convirtió en todo un icono cultural?

Tras apuntarse al taller literario, Chuck escribió su primera obra, Monstruos invisibles, que exploraba la dinámica del concepto de identidad en la cultura estadounidense. El autor se preguntaba qué efecto tendrían las películas y la publicidad sobre el autoconcepto de los americanos, si los ciudadanos eran capaces de combatir la influencia de una fuerza tan poderosa tan solo con el sentido de la propia identidad.

ficción transgresiva Palahniuk

El resultado fue un libro que exploraba gran cantidad de tabúes, de forma que, cuando lo envió a las editoriales de Nueva York, la respuesta fue ambigua y contradictoria. Todos reconocían la gran calidad literaria de la obra, pero ninguno se atrevía a publicarla, pues consideraban que el nivel de obscenidad del libro y su temática lo convertían en un proyecto arriesgado.

Enfadado y decepcionado con la respuesta, Palahniuk decidió insistir en llevarles la contraria, y se puso como meta escribir un libro que fuera todavía más perturbador.

Así surgió El club de la lucha.

La idea para el libro surgió de un anécdota relacionada con una pelea.

Chuck y un grupo de amigos estaban de acampada, y fueron a llamarle la atención a otro grupo de jóvenes que tenían la música demasiado alta. Esto originó una pelea entre los dos grupos.  Palahniuk se llevó algunos puñetazos en la cara.

A la semana siguiente le sorprendió el hecho de que la gente con la que interactuaba parecía ignorar las heridas de su cara, trataban de disimular como si no pasara nada, en parte por miedo a que él fuera una persona violenta y se pudiera molestar.

Rajoy y el club de la lucha

A esto sumó sus experiencias en la Cacophony Society (Sociedad de la Cacofonía), una especie de grupo que organizaba bromas públicas y acciones de corte anarquista.

El título original de la novela era Proyecto Mayhem y, como sabrás, trata de un joven que se siente alienado por la sociedad y forma un grupo, El club de la lucha, que organiza peleas entre sus miembros, y al final acaba reconduciéndolo en una especie de organización anarquista, Proyecto Mayhem,  que tiene un plan para crear un colapso en el modelo socioecnómico y hacer que la vida de las personas vuelva a la simplicidad pretecnológica anterior a la aparición del capitalismo.

Cuando la ficción transgresiva transgrede lo ficticio para hacerse realidad

O más bien parece imitarla, aunque sea de forma espontánea, como si el hecho de que alguien haya concebido una idea o situación es tomado por el universo como una invitación para materializarla.

Hace tiempo, reflexionando sobre la película y lo que había leído sobre Palahniuk y la gran influencia que había tenido esta obra en la cultura contemporánea, recordé que una vez, un par de amigos y yo, cuando volvíamos con la cuerna de salir un sábado de madrugada, nos paramos en una explanada al lado del cementerio de la Salud para hacer nuestra propia versión ligresca del club de la lucha, en la cual no se podía pegar en la cara, ni de hecho se podía pegar demasiado fuerte, y que terminó cuando, al día siguiente, uno de los integrantes y lector ocasional de este blog se dio cuenta de que tenía el cuerpo lleno de cardenales.

Con esto en mente, me puse a buscar en Internet para averiguar si a alguien le había dado alguna vez por imitar la idea, como nosotros pero sin hacerlo en plan retrasado, y hete ahí que me encontré una llamativa noticia…

El Tyler Durden Castizo

Lo que nunca me habría podido imaginar es que el trasunto real del club de la lucha existiera en una región de (al menos de momento) nuestro país.

Tirando del hilo, encontré varias noticias más que ampliaban la información sobre Chatarras Palace y su increíble historia.

Se trata de una chatarrería del barrio  Bon Pastor, en el extrarradio de Barcelona, regentada por un hombre muy peculiar:  Javier García Roche, al que me he tomado la libertad de bautizar como «el Tyler Durden castizo».

Sigue leyendo y verás que no es una exageración.

El tyler durden de Barcelona

Fuente: www.timeout.es

Este joven expresidiario y empresario de la chatarra, boxeador profesional y amante de los animales, decidió crear un gimnasio en su chatarrería para ayudar a los chicos del barrio, que es una zona bastante conflictiva, a salir de los malos ambientes y dedicarse  a algo constructivo.

Pero no acaba ahí la cosa. Además de enseñarles, en Chatarras Palace se busca a voluntarios que peleen dentro o fuera del ring, eso sí, con guantes y de forma voluntaria, hasta que uno de los contrincantes se rinda.

Javier graba y edita las peleas, que sube a su canal de Youtube, chatarrero loko

Pero no acaban ahí las coincidencias pues El Rey Chatarrero, como se hace llamar, hace poco movilizó a sus seguidores para defender una buena causa.

Todo comenzó cuando dos activistas de  AnimaNaturalis fueron agredidas mientras intentaban grabar la festividad del Toro de Tordesillas para denunciar el maltrato animal.

Javier Roche publicó en el perfil de facebook de Chatarras Palace un vídeo en el que pedía a los amantes de los animales que se movilizaran y fueran a la fiesta para impedirla, asegurando que el iría con semejantes intenciones, parar el Toro de Tordesillas.

Pero no fue en el vídeo, sino en los comentarios de la página, donde dejó claras sus intenciones:

Chatarras palace facebook

“… lo que no vamos hacer este año va ser en plan que nos tiren las piedras, que nos abucheen, que nos peguen, y nosotros como somos pacifistas quedarnos igual…. Después colgamos un vídeo llorando con lo que nos han hecho y todo sigue igual. Ojo por ojo diente por diente. Cuando le arranque la lanza alguno y se la meta por el culo ya verás que risa… Yo cuento con acabar preso, apuñalado, herido…ellos no creo… No es lo mismo clamar al diablo que verlo llegar.”

La cuestión no es baladí, ya no solo porque pudieran personarse los asiduos a Chatarras Palace, jóvenes instruidos en el combate cuerpo a cuerpo y acostumbrados a darse de hostias por amor al arte, sino por el el hecho de que solo la página de Facebook cuenta con 178.000 seguidores, y el propio vídeo se hizo viral, alcanzando en sus primeras tres horas  las 200.000 reproducciones y siendo compartido 6.200 veces, como si se tratara de una operación del Proyecto Mayhem.

Casi nada que envidiarle a la ficción, vaya.

La propuesta se concretó en el Tour Nacional Antitaurino, en el que un autobús saldría de cada capital española para ir cargadito de activistas antitaurinos hasta la celebración del toro de Tordesillas para manifestarse pacíficamente.

Desconozco si Javier ha visto la película o leído el libro de Palahniuk, pero es innegable que las coincidencias son curiosas.

Tanta trascendencia tuvo el asunto que el famoso y televisivo defensor de los animales, Frank Cuesta, más conocido como Frank de la Jungla o Wild Frank, tomó cartas en el asunto, para intentar evitar una batalla campal que desprestigiara, en su opinión, los esfuerzos del movimiento animalista por la protección de los derechos de los animales.

Por cierto, que este excéntrico personaje también lleva a sus espaldas otra historia que supera a la ficción, el triste encarcelamiento de su esposa, la modelo tailandesa Yuyee, con una falsa acusación de tráfico de drogas como represalia por la lucha que ambos mantienen contra el tráfico de animales.

Franck Cuesta envió una carta a los medios dando su opinión sobre la inconveniencia de realizar esta protesta en la misma celebración del toro de la Vega en Tordesillas, que tuvo su réplica pública por parte del Rey Chatarrero.

Este se reiteraba en su intención de realizar in situ una manifestación pacífica, pero advirtiendo que responderían de manera proporcional si recibían alguna agresión.

¿En qué ha quedado la cosa?

La última noticia que he encontrado al respecto, aunque te confieso que tampoco he buscado mucho, data del 28 de junio de este año, y en ella se nos cuenta que el Alcalde ha intentado apelar la decisión de La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León de suspender el festejo, puesto que no se acoge a la legislación vigente que prohibe la muerte de animales en los festejos populares.

Parece que la cuestión se está dirimiendo por cauces administrativos, así que queda en el aire si el próximo 13 de septiembre tendremos «Toro de Tordesillas de la lucha» o no.

Habrá que estar atentos.

Supongo que si Mr. Palahniuk llegase a enterarse algún  día de esto fliparía con las orejas.

Para finalizar, te dejo este vídeo, con la escena final de la película, de la que está sacada la imagen de cabecera de este post, y que es uno de los elementos que hacen que esta película sea un peliculón y una onvra maenthra:

¿Qué opinas tú? cuéntamelo en el hilo de comentarios, y dime si has leído algún libro de Palahniuk, que estoy pensando cuál será mi siguiente lectura.

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