Hoy te traigo una reseña una novela de terror y humor, un libro que parodia un subgénero de la literatura de terror, el género Z o de zombis, tan en boga en los últimos tiempos.
Se trata, por lo tanto, de un libro que podríamos encuadrar dentro de la ficción absurda cuyo argumento podría recordarnos bastante al libro de Christopher Moore El ángel más tonto del mundo, puesto que en esta historia personajes comunes y corrientes se tienen que enfrentar a situaciones extraordinarias en las que hay elementos fantásticos, y está abordado con un toque de humor.
¿Quieres saber más de este libro?
Jente Aki, de Antonio Municio, una novela de terror y humor
Lo leí, al igual que me pasó con Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, porque, personas que lo habían leído, me dijeron que la combinación de la novela de terror y humor les había recordado a Historias que no contaría a mi madre.
Aunque la premisa no sea del todo original, pues podrían venirnos a la mente muchas historias de argumento similar y bastante complicadas de superar, como la magistral película Zombies Party, en la que los protagonistas deciden afrontar el apocalipsis zombi encerrándose en el pub del barrio, sí que cuenta, para mi gusto, con el atractivo de que traspone la acción a tierras de Eppaña, con todas las connotaciones que ello conlleva.
Aunque no hace gala de tópicos nacionales, sí que la narración adquiere algo de esa normalidad tan necesaria para que la ficción absurda funcione, al ponernos en un contexto totalmente cotidiano, con personas corrientes que tendrán que lidiar con circunstancias extraordinarias.
En este caso, un piso compartido por jóvenes en un barrio humilde plagado de yonkis que se dedican a aparcar coches, un contexto que nos resulta fácilmente reconocible.
El nombre del libro viene de la estulticia de uno de los protagonistas, el prototipo de joven descerebrado que oposita para un cuerpo de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y que dedica más tiempo al gimnasio que a paliar su semianalfabetismo. Aunque no llegan a describirlo exactamente así, en mi mente lo imaginé como el típico ejemplar de guaperas cachas que es carne de Mujeres hombres y viceversa y que, como dicen en mi tierra, tiene las neuronas justas para no cagarse cuando anda por la feria.
Zurbe, este botarate bonachón, escribe este mensaje en la pancarta que cuelgan en el balcón para recibir ayuda de otros posibles supervivientes.
La historia es narrada en primera persona por Susi, una chica que refleja perfectamente a la generación nini (ni estudia ni trabaja) en toda su idiosincrasia, y que tendrá que cambiar la horchata de sus venas por sangre y nervios de acero para enfrentarse a los horrores que le depara la epidemia zombi.
Entre ellos existe una tensa relación de odio cordial por parte de Susi, que tendrán que superar para poder sobrevivir trabajando en equipo con su detestado compañero de piso, mientras esperan que llegue el tercer inquilino del piso, Antu, un joven carismático del que Susi está enamorada en secreto.
En general resulta una novela simpática, un poco floja en cuanto humor para mi gusto, pero que se lee rápido y deja buen sabor de boca.
Sin aportar ninguna innovación al género de los zombis, cosa por otro lado difícil al tratarse de un género sobresaturado, es correcta en cuanto a su argumento, y bien podría dar para una película entretenida.
Sinopsis
A Susi no le ha sonreído la suerte en los últimos meses, sus padres poco menos que se han deshecho de ella a sus 17 años, ha tenido que irse a una de las peores calles del centro de la ciudad a compartir casa y, encima, le han escayolado una pierna.
Sin embargo, el verano parece que se presenta de mejor forma con sus compañeros de piso: el inepto del Zurbe por fin se irá de vacaciones a su pueblo y el bueno de Antu quedará a su entera disposición para atenderla. Eso sin contar el tiempo que dedicará a su hobby favorito, tirarse horas y horas conectada a internet.
Pero hasta el mejor de los planes no sale siempre como uno espera… sobre todo si estalla una hecatombe de muertos-vivos de por medio.
La novela, hasta donde yo sé, solo está disponible en formato electrónico en Amazon.
¿Te puedes creer que solo he leído un par de libros sobre zombies? En cambio, he visto todo lo que ha caído en mis manos, incluido Memorias de un zombie adolescente. ¿Por qué? Pues porque me apetecían palomitas.
Eso sí, no sé si habrá muchos libros de humor absurdo con zombies de por medio pero si me dices que el humor se ve más bien poco es como que meh. Si tuvieras que ponerle una nota en Goodreads, ¿cuál sería?
A mí me pasa lo mismo. De cine lo he visto casi todo, pero en libro solo he leído Zombi Nation, Guerra mundial Z, este y un recopilatorio de relatos.
A Jente Aki le he puesto dos estrellas en Goodreads, porque «it was ok».