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Como te contaba el otro día, esta es una serie de entradas que he creado con motivo de la publicación el próximo 31 de octubre de Lo poco que sé del misterio,  en la que actualizo alguno de los temas tratados en el libro sobre los que ha habido novedades que no han podido ser incluidas en el libro, como es el caso de las ECM.

 

Puedes conseguir este libro sobre Temas paranormales contados en clave de humor aquí.

Así, el otro día te hablaba de los chemtrails, y hoy vengo a contarte las últimas novedades en la investigación de las ECM (Experiencias Cercanas a la muerte).

Te hablo de ellas en el capítulo 5 del libro, que si quieres puedes leer completo aquí.

Las conclusiones del proyecto AWARE sobre las ECM

En él te contaba sobre el proyecto AWARE, un estudio científico que pretendía demostrar si las experiencias cercanas a la muerte son un fenómeno objetivo y real.

Para ello, entre otras cosas, en diversos hospitales del mundo se habían colocado en las salas de reanimación y quirófanos de urgencia, sin que lo supieran los enfermos, objetos e imágenes en lo alto del mobiliario, de forma que tan solo se pudieran ver desde el techo.

Luego, mediante entrevistas a los sujetos que afirmaran haber experimentado ECM, contrastarían si de verdad habían visto estos objetos.

El estudio médico sobre la existencia real de las Experiencias Cercanas a la muerte ya ha terminado, tal y como puedes ver aquí

La revisión por pares de este estudio sobre la veracidad de las Experiencias Cercanas a la Muerte ha finalizado, y ha sido publicado en la revista médica Resucitación.

Y a continuación te traduzco las conclusiones sobre el estudio sobre las Experiencias cercanas a la muerte de la Universidad de Southampton (que si quieres puedes consultar por ti mismo en este link.

 

El estudio concluye:

Los temas relativos a la experiencia de la muerte aparecen abarcar más de lo que ha sido comprendido hasta ahora, o lo que ha sido descrito como ECM.

En algunos casos de ataque cardíaco, los recuerdos de conciencia visual compatibles con las llamadas experiencias extracorporales pueden corresponder con hechos reales.

Una porcentaje más alto de personas pueden haber tenido experiencias de muerte lúcida, pero no lo recuerdan después debido a los efectos del daño cerebral o el efecto de los sedantes en los circuitos de memoria.
Los términos científicamente imprecisos ampliamente usados aún tales como ECM o experiencias extracorporales pueden ser insuficientes para describir la experiencia real de la muerte. Estudios futuros deberán centrarse en el ataque cardíaco, que es biológicamente equivalente a la muerte, más que los estados médicos de enfermedades que  a los que a veces se hace referencia como «cercanos a la muerte».

(…)
Un 39% de los pacientes que sobrevivieron al ataque cardíaco y que estaban en condiciones de participar en entrevistas estructuradas describían una percepción de conciencia, pero no tenían ningún recuerdo explícito de los hechos.

Entre los que informaron de una percepción de conciencia y completaron las entrevistas, el 46% experimentaron un amplio rango de recuerdos mentales relacionados con la muerte que no fueron compatibles con el término comúnmente usado para las ECM. Estos incluyen experiencias persecutorias atemorizantes. Sólo un 9% tuvo experiencias compatibles con las ECM y 2% mostraron plan conciencia compatible con experiencias extracorporales con recuerdos explícitos de «ver» y «oír» acontecimientos.

Un caso fue validado y temporizado usando estímulo auditivo durante el ataque cardíaco. El Dr. Parnia concluyó: «Esto es significativo, dado que a menudo se ha asumido que las experiencias relacionadas con la muerte son alucinaciones o ilusiones, ocurriendo incluso antes de la detención del corazón o después de que el corazón hubiera sido reanimado con éxito, pero no una experiencia correspondiente a hechos reales cuando el corazón no estaba latiendo. En este caso, la consciencia parece ocurrir durante el periodo de tres minutos durante el cual no había latido. Es paradójico, puesto que el el cerebro deja de funcionar entre 20 y 30 segundos después de que se pare el corazón y no la actividad cerebral no vuelve hasta que que el corazón ha sido reanimado. Por otra parte, los recuerdos detallados de la percepción visual en este caso fueron consistentes con eventos verificados» .

Por lo tanto, si bien no ha sido posible probar absolutamente la realidad o el significado de las experiencias y menciones de  consciencia de los pacientes ( debido a la muy baja incidencia ( 2 por ciento) de recuerdo explícito de consciencia visual o de experiencias extracorpóreas ) , también fue imposible descartarlos, y se necesita más trabajo en este área. Claramente, la experiencia recordada que rodea a la muerte merece ahora una investigación genuina más amplia  y sin prejuicios.