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¿Cómo puedes entrenar para defenderte sin armas de un zombi de forma realista? Peleando con uno.

Pero, ¿cómo evitar los riesgos convirtiendo este combate en un entrenamiento?

En esta entrada podrás averiguarlo.

Hoy traemos un extracto de La guía de defensa personal contra zombis de sumo interés.

En él se dan consejos para crear un zombi sparring, o zombi de entrenamiento.

Es decir, un zombi con el que podremos practicar las técnicas que nos enseña esta guía con el mayor realismo y el menor riego posible.

(…) Lo ideal sería disponer de un muerto viviente al que previamente hubiéramos inutilizado amputándole las manos, arrancándole la mandíbula inferior y extrayéndole las piezas dentales de la mandíbula superior, pero el mero proceso de búsqueda, caza y preparación del zombi puede resultar harto complicado, desagradable y peligroso, y además requiere espacio para encerrar al cadáver caníbal cuando no lo estemos usando para el entrenamiento, y su proceso de deterioro puede molestar a los vecinos, e incluso buscarnos problemas con las autoridades locales, dado el vacío legal existente al respecto, o dar lugar a venganzas personales si los familiares del difunto se enteran de que lo estamos usando como un accesorio más de nuestro entrenamiento.

Otra forma de inutilizar la mandíbula de un «zombi sparring» sería colocarle un casco de motorista con la visera sellada con silicona, y con refuerzos en las correas. También es útil cubrir el interior del caso con pegamento elaborado con cianocrilato (cualquiera de las marcas de superpegamentos que hay en el mercado sería válida) antes de colocárselo a nuestro zombi de entrenamiento, de tal modo que el casco se le quede pegado a la piel evitando que pueda caérsele por accidente o que se lo arranque.

Envolver la cabeza del muerto por completo con cinta americana (como si fuera una momia) es otro método, aunque deberemos asegurarnos de no haber dejado ningún hueco y de que la cinta esté bien adherida a la piel, por lo que es un método menos recomendable; el propio proceso de “embalaje” conlleva cierto riesgo de mordedura.