En un post anterior te dejaba este microrrelato de terror en 100 palabras. Hoy te traigo otro. Un poco de ficción gratis, para leer en un descanso, nunca está del más. Pero el microrrelato de hoy tiene una característica especial: Está inspirado en testimonios de personas que vivieron, al menos eso afirman, los acontecimientos que se narran en el relato.
La idea me la dio un capítulo del libro Enigmas y misterios de Córdoba del investigador, escritor y divulgador cordobés, José Manuel Morales Gajete. Concretamente el capítulo que habla de la Facultad de Derecho de Córdoba y de los fenómenos paranormales que en ella ocurren.
Investigando, José Manuel encontró que, antes de ser Facultad de derecho, había sido la Casa de maternidad e infancia el Carmen, y entrevistó a algunos de los niños que habían estado en ella, ahora adultos, que le contaron haber vivido hechos como los que se relatan en esta historia.
Así que, a pesar de ser a penas poco más de 100 palabras, tiene fundamento.
Una pequeña historia que puedes leer en menos de 5 minutos y que, espero, te cause algún escalofrío.
Ojalá que te guste.
No salgas al pasillo
En el orfanato hay otros niños. Solo los vemos de noche. Nadie quiere ir a hacer pis, pero a veces no puedes aguantar más y te tienes que levantar de madrugada. Están ahí, en los pasillos. Se puede ver su silueta en las sombras. Te susurran cuando pasas. Dicen cosas que dan miedo. Pero lo peor es la monja, esa que nunca está de día, pero que por la noche te espera y te lleva de la mano al servicio. Sus manos son muy frías, y cuando anda no toca el suelo. Nunca la miro a la cara. Da mucho susto. Ojalá nos compraran orinales.
¡Está excelente! Me recordó a la película llamada El Espinazo del Diablo. Siempre es bueno leer estos relatos. Por cierto, te comento que mi esposa me regaló un libro (en físico) de Ron Howard: Conan el Cimmeriano, volumen 2. Son relatos autoconclusivos sobre este personaje.
Yo me leí el primer tomo, aunque no sé si de la misma edición. Si te gusta R. E. Howard lo vas a disfrutar :)
Me gusta la impronta de realizar un microrelato, el relato en sí es muy interesante pero la introducción es demasiado larga y le quita impacto.
Cierto, si el microrrelato está bien construido multiplica bastante el impacto por la inmediatez. Un saludo y gracias por comentar.
Ahora no podré salir de noche al baño…
¡Jajaja! Tranquila, si no vives en un hospicio con monjas no hay nada que temer ;)
Estremecedor
Pues sacado del libro de José Manuel Morales está, con testimonios de los que en su día fueron huéspedes de esa casa cuna. Un beso