A pesar de que desde hace unas semanas me he alejado un poco de los libros de terror y de los mitos de Cthulhu para profundizar en la ficción absurda de la mano de Terry Pratchett y su Mundodisco, en la lectura que vengo a reseñar hoy se toca el tema del terror de forma tangencial.
El quinto elefante, aunque me ha encantado, como todos los de la saga de la guardia nocturna de Ankh-Morpork, a mi entender tiene una pequeña pega.
Si quieres saber cuál es, sigue leyendo.
Otro libro más de la saga de la guardia nocturna
Desde que, como te contaba en este otro artículo, decidí retomar mis lecturas del Mundodisco por la saga de la guardia nocturna, no me he arrepentido en absoluto.
Esta serie de libros engancha, y mucho.
Aunque en ¡Guardias, guardias! pudiera parecer que el pánfilo y archiperfecto Zanahoria iba a acaparar el protagonismo, Pratchett sabiamente nos despista, y al final todo va girando entorno a la figura del Comandante Samuel Vimes, que es mucho más rica e interesante.

imagen: www.paulkidby.com
En El quinto elefante tendrás la oportunidad de correr apasionantes aventuras junto a Vimes, y podrás profundizar en el trasfondo de personajes secundarios como Lady Sybil Ramkin, Angua la licántropa o la guardia de origen enano Jovial Culopequeño.
Y en un marco incomparable, el trasunto literario pratchettiano de Transilvania, Überwald, hogar de vampiros, hombres lobo, enanos (del que ya te hablé en este artículo), y una subraza que me ha dejado encantado: Los igors.

Excelentísima ilustración de un igor, por Paul Kidby (www.paulkidby.com)
El quinto elefante, qué me ha parecido
En El quinto Elefante Pratchett parece querer rendir homenaje a los monstruos clásicos de las películas de la Hammer y Universal, transportándonos a un escenario tenebroso dominado por clanes de hombres lobo y vampiros.

Otra imagen genial de Paul Kidby, un clan de vampiros, con su igor incluido (www.paulkidby.com)
Además, introduce un elemento muy cómico, los igors, que es una raza de sirvientes deformes, que aúnan en su figura características del arquetípico ayudante del doctor Víctor Von Frankenstein con características del monstruo que este creó, pues son humanoides jorobados que hacen de sirvientes, pero además son grandes cirujanos y pueden recomponerse a sí mismos con partes de cadáveres humanos.
Además, todos se llaman Igor, lo que da mucho juego para el cachondeo. Algo así como el planeta Marklar de South Park, en el que todos los habitantes son iguales y se llaman Marklar.
También podrá conocer a fondo las pintorescas peculiaridades de la cultura de los enanos.
El libro en sí presenta una trama interesante, una ambientación aún más interesante, y una complejidad en cuanto a las relaciones políticas de las diferentes facciones que pondrán a alguien tan franco y directo como Samuel Vimes en una encrucijada en la que aprenderá las sutiles artimañas de la diplomacia.
Algo así como los tejemanejes e intrigas de Juego de Tronos, pero con mucha guasa.
Por supuesto, todo el tema del terror clásico está enfocado desde la parodia de género, por lo que no habrá nada que dé miedo en el libro, aunque algo de angustia sí que llegaremos a sentir por el pobre Samuel Vimes.
El libro es trepidante y original incluso para el Mundodisco, que ya es original de por sí.
¿Entonces, qué pega le he visto a El quinto elefante?
Aparte de la intervención salvadora de Lady Margolotta, que a mi juicio es un pequeño Deus ex Machina, Pratchett vuelve a caer uno de los pecados de sus primeras obras.
En los primeros libros de Pratchett los héroes de acción son parodias andantes, como Cohen o Hrun el bárbaro, que era considerado un intelectual entre los bárbaros porque podía leer sin mover los labios, y los conflictos principales, normalmente grandes amenazas cósmicas para el tejido de la realidad del universo del Disco, parecen resolverse solas por mero azar, dando la sensación de que los protagonistas son meros sujetos pasivos a merced de fuerzas cósmicas incontrolables.
Parece que con ello el autor quiere remarcar lo limitado e inútil del uso de la violencia, retratando a los héroes de acción como botarates brutos de inteligencia limitada y escasa catadura moral.
Sin embargo, conforme su obra madura, parece darse cuenta de que, por desgracia, a veces la violencia es la solución que finalmente se usa para determinadas situaciones, y parece redimir este aspecto de su literatura presentándonos a un héroe de acción con elevada catadura moral, Samuel Vimes, que reparte justicia a mamporros y que deja de ser una caricatura de un matón sin dos dedos de frente.
Pero en El quinto elefante, Pratchett crea un crescendo de tensión entre Vimes y la figura de cierto antagonista (que no revelaré para no hacer spoilers), pero vuelve a prescindir de la causa-efecto para resolver el conflicto principal, como en sus primeros libros, haciendo que este se resuelva por manos del azar, mediante el triunfo de un plan muy improbable que deja demasiados cabos sueltos, haciendo que todo el esfuerzo del héroe y todo su sufrimiento para llegar ahí queden sin el efecto dramático del clímax del enfrentamiento.
El héroe vuelve a ser un pelele a merced de los acontecimientos que se salva de chiripa.
Pero se le perdona al autor por el buen rato que te hace pasar con el libro, que sigue manteniéndote con ganas de más.
Así que ya me he embarcado con Ronda de noche.
Ya te contaré qué me ha parecido.
Un análisis muy bueno. De lo mejor que he leído como reseña.
Enhorabuena.
¡Muchas gracias José! Me alegro de que te haya parecido interesante.
¡Saludos!
Gran reseña, acabo de descubrir el blog. Para mi fue uno de los que me hizo reencontrarme con el Mundodisco después de algunos libros más flojetes. Lo releeré de nuevo (estoy repasando ultimamente toda la obra)
Hola. Sin duda es un gran libro. Yo todavía voy por mi primera vuelta a Mundodisco, ahora estoy con las brujas.
Tiene sus altibajos, pero cuando das con un libro como este es una maravilla.
Por cierto, el podcast tenemos un especial dedicado a Mundodisco.
Gracias por leer y comentar.
¡Saludos!