En este episodio hablamos de The Crow, El cuervo en España, la película de los años 90 que se convirtió en un film de culto inmortal gracias a la popularidad el cómic en que se basó y a la trágica muerte durante su rodaje de Brandon Lee.
Además traemos una nueva entrega del Diccionario mitológico.
En este diccionario mitológico hablamos de criaturas míticas del folclore interesantes y poco conocidas, analizando el origen del mito, sus características y la realidad del contexto histórico en el que surgieron.
Hoy hablaremos de Bóreas,
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El cuervo, el clásico del cine fantástico de los años 90
En 1994 se estrenó una película basada en un cómic que era una oda al dolor de la pérdida, al amor imposible y a la melancolía, con una estética oscura, y envuelta en la leyenda de la muerte de su protagonista.
Tenía todos los elementos para convertirse en un mito en la mente de todos los que en aquella época fuimos adolescentes.
En 1994 se estrenó El cuervo
Con alusiones al mítico relato de Edgar Allan Poe, estética de videoclip y jugando con el papel del cuervo en leyendas y mitos populares como psicopompo, es decir, como el encargado de guiar las almas de los muertos al más allá, el cuervo nos contaba una triste historia, pero a la vez narraba la catarsis de una venganza sangrienta y brutal.
Esta película se basaba, a su vez en un cómic aún más desgarrador creado por James O’Barr.
En una entrevista para la revista El cultural, el autor confesó que esta trágica figura justiciera que retorna del más allá para vengar el asesinato de su prometida, nació de la no menos trágica muerte de la novia de O’Barr, atropellada por un conductor borracho, en 1978. Así surgió El Cuervo:
«Quedé destrozado. Después de haberme criado en un orfanato, cuando creía encontrar la felicidad, me la arrebataban sin motivo. El tipo que la atropelló salió de la cárcel a los seis meses. Yo estaba furioso con la vida. No es que quisiera morir, pero no me importaba. Así que me alisté y me mandaron a Berlín».
O’Barr concibió El Cuervo en un cuartel de Berlín durante la guerra fría:
«Era algo personal. Un diario. Creí que funcionaría como una especie de catarsis, pero era hurgar más en la herida. La gente me decía que tenía que superarlo, pero, ¿cómo puedes superar algo así? No puedes: aprendes a vivir con ello. Y mi forma de aprender fue El Cuervo, sin pensar que alguien pudiera leerlo».
La editorial Caliber Press publicó el primer número de El Cuervo sin muchas esperanzas, solo para aprovechar papel sobrante… Y se convirtió en éxito:
Según cuenta el propio O’Barr:
«Al editor ni siquiera le gustaba la serie, no creo que la leyera o entendiera, pero eso me dio libertad total para hacer lo que quisiera».
El resultado fue el primer héroe de cómic adoptado una incipiente subcultura gótica que terminaría por concretarse en el movimiento gothic.
En la misma entrevista, el autor declaraba al respecto:
«Cuando empecé no había gothic. No lo llamábamos así. Es cierto que la música que me gustaba, que citaba en el cómic, era de grupos oscuros y deprimentes de los 70 y 80, y de repente empezó a venderse más en tiendas de música que en las de cómic».
Respecto a su participación en la banda de metal, Trust Obey, producida por Trent Reznor o’Barr afirmaba:
«Era pura furia y ruido, casi inaudible, aunque sé cómo tocar una guitarra eléctrica».
The Crow narra las peripecias de Eric Draven, un joven que es asesinado junto a su novia en vísperas de su boda. Un año más tarde regresa de entre los muertos para exterminar a la banda que cometió el crimen.
Este vengador personifica el dolor, la locura y la sed de venganza, un ser sobrenatural que actuará como instrumento del karma para tratar de restablecer el equilibrio en el universo.
La consagración llegaría con la película de 1994 El Cuervo, de Alex Proyas, cuyo protagonista, Brandon Lee, hijo del célebre Bruce, falleció misteriosamente durante su rodaje, y entonces fue cuando la película alcanzó el estatus de leyenda.
El argumento de la película gira al torno al doble homicidio del músico de rock Eric Draven y el de su novia Shelly Webster en la víspera de Halloween.
Un año después Draven resucita con la ayuda de un cuervo, pero ahora su vida tiene un solo objetivo: cobrar venganza.
El 31 de marzo de 1993 a la edad de 28, Brandon Lee fallecía años tras recibir un disparo accidental en los antiguos estudios de Carolco, ahora EUE/Screen Gems Studios en Wilmington, Carolina del Norte en la escena en la que Eric Draven recuerda cómo el personaje de Funboy (Michael Massee) le había disparado.
Antes de rodar esta escena el equipo había filmado un primer plano del arma cargada de este peronaje, un revólver Magnum Smith&Wesson.
Para estos primeros planos en los que se ven las balas en detalle se usa munición de fogueo, con la bala, pero sin pólvora ni fulminante.
Debido a las limitaciones de presupuesto, se habían comprado balas reales, más baratas que la munición de fogueo, para extraerles la pólvora.
Alguien tuvo que apretar el gatillo después de esta escena del primer plano del revolver, por lo que la bala había sido disparada, y al no tener pólvora se quedó dentro del cañón.
A causa de la falta de tiempo, y debido a que, por la falta de presupuesto antes citada, el maestro armero había sido despedido, nadie inspeccionó adecuadamente el arma para asegurarse de que esto no había ocurrido, puesto que los encargados de preparar el arma para la toma no tenían la debida preparación técnica.
Se limitaron quitaron las balas reales y recargaron el arma con balas de fogueo.
Cuando Michael Massee, el actor que interpretaba a Funboy, apretó el gatillo, la pólvora de la bala de fogueo detonó con la fuerza suficiente para empujar la bala que había quedado atascada en el cañón hacia afuera,
Muchos creían que dicha secuencia estaba incluida en el film, pero lo cierto es que se destruyeron los fotogramas que recogen la muerte de Lee.
Bruce Lee murió, en lo que para algunos fueron extrañas circunstancias aunque se sabe que fue por edema cerebral causado por la alergia a un medicamento, durante el rodaje de la película ‘Juego con la muerte’ (‘Game of Death’, Robert Clouse, 1978); y dicen, aunque habría que ponerlo en cuarentena, que ya había vaticinado la muerte de su hijo cuando despertó de un coma, siendo Brandon un niño.
La vida entre Bruce y Brandon mostró otro paralelismo, porque tanto la última película del padre, Juego con la muerte, como del hijo, fueron terminadas de forma póstuma gracias a montajes de imágenes de archivo, dobles y, en el caso del cuervo, uno de los trabajos de edición digital más destacados de la década.
Respecto a la película. el propio O’barr, el autor del cómic, comentó:
«Me gusta la película. Creo que con los medios que tenían se hizo lo mejor que podía hacerse. Alex y Brandon eran fans del cómic, contaron conmigo desde el principio. Brandon se convirtió en una especie de hermano pequeño para mí».
Después de la nueva tragedia, O´Barr no quiso saber nada de Hollywood:
«Nunca más volvieron a llamarme para colaborar en la franquicia. Y yo no quería. Me dije: coge el cheque y corre. Desde hace años hablan del remake… Yo no quise tener nada que ver».
Mención aparte merece su banda sonora, oscura, melancólica y atmosférica, que cuenta con grandes grupos.
Podría decirse que estás canciones fueron la banda sonora de la vida de muchas personas en la década de los 90, al menos de la mí lo fue.
De estas canciones, a modo de ejemplo, vamos a esccuhar Burn, de The Cure, compuesta por Robert Smith para la ocasión, que en el vídeo musical nos muestra a un cuervo surcando los cielos de la oscura ciudad alternando con imágenes de la película.
Tratando de aprovechar el tirón del éxito de la El cuervo, las productoras han seguido estirando la franquicia con escaso resultado.
En 1996 se estrenó El cuervo, ciudad de Ángeles, con un argumento calcado del original: Ashe Corven, interpretado por Vincent Pérez, es asesinado junto con su hijo por una banda de delincuentes. Tras resucitar tomará venganza.
Estas películas dieron lugar a una la serie de televisión de 22 episodios (El cuervo: escalera al cielo) protagonizada por Mark Dacascos; y a otras 2 secuelas que pasaron sin pena ni gloria; The Crow: Salvation (2000) y The Crow: Wicked Prayer (2005).
En las continuaciones se repite el esquema en el que este cuervo místico, como emisario de la justicia de ultratumba, resucita a personas injustamente asesinadas para que se cobren venganza.
En diciembre de 2008, se anunció un remake de El Cuervo, dirigido por Stephen Norrington, cuyo estreno se esperaba para 2011. También se dijo que Jason Statham estaba negociando para interpretar al vengador Eric Draven, aunque supongo que tendrían que haberle puesto peluca.
Incluso se llegó a anunciar en abril del 2011 que el director español Juan Carlos Fresnadillo sería el encargado de dirigir el remake de la cinta que popularizó Brandon Lee. Sin embargo, el director elegido para el proyecto fue finalmente el también español Javier Gutiérrez que propuso llevar a cabo una nueva versión fiel al original e incluyó al creador del cómic en el equipo de la película.
Hace un tiempo, a finales de 2016 las revistas especializadas anunciaron que The Crow Reborn” el remake de El Cuervo llegaría a las salas de cine en octubre de 2019, coincidiendo con el 30 aniversario del cómic.
Personalmente me parece una atrocidad hacer un remake de este clásico, por todo lo que representa y lo que conlleva, pero parece que el destino no está de acuerdo en que llegue a término, porque su producción se ha visto frenada por multitud de problemas.
A este respecto, el autor del cómic delcaró:
«Recibí la llamada de un español, Javier Gutiérrez. Me dijo: ‘Hola, soy el que han escogido para dirigir de nuevo El Cuervo‘. Quedé con él, pensando quitarle la idea de la cabeza… Y fui yo el que cambió de idea: no quería hacer un remake, sino filmar de nuevo el cómic. Hacer lo que no se pudo hacer, contando conmigo para introducir todos los elementos originales. Eran las palabras mágicas».
En diciembre de 2017 el director de la película original, Alex Proyas, lanzaba un comunicado a través de Facebook oponiéndose al remake:
“POR QUÉ CREO QUE NO DEBERÍA HACERSE UN REMAKE DE EL CUERVO
Tuve el honor de conocer a Brandon Lee. Era joven, tenía un gran talento, un enorme sentido del humor y un futuro muy brillante. También tuve el privilegio de poder llamarle amigo. Nuestra relación como actor y director fue mucho más allá de la mera colaboración e hicimos juntos una película que ha tocado a mucha gente.
No puse “una película de” en los créditos de El Cuervo porque quería que fuera la película de Brandon, porque de verdad lo era y porque no iba a poder hacer más. Puso toda su pasión en ella y terminó siendo su legado. Estoy seguro de que hubiese estado orgulloso de ella.
Terminé la película por él, luchando contra el dolor y gracias a un equipo y un reparto que fueron de mucha ayuda y que amaban a Brandon. Nos sentimos invadidos por su fuerza, su espíritu e inspiración. No solamente por su maravilloso trabajo como actor y cineasta, también como hombre con una humanidad que nos había tocado.
El Cuervo no sería una película de la que valiera la pena hacer un remake de no ser por Brandon Lee. De no ser por él nunca habrías oído hablar de ese cómic underground y conmovedor. Es la película de Brandon. Creo que es un caso especial en el que Hollywood debería dejar el testamento de un hombre de inmenso talento y sacrificio y no dejar que otros reescriban la historia o le añadan cosas. Es verdad que se han hecho secuelas y series, pero la idea de “rehacer” la historia y al personaje -un personaje por el Brandon pagó un precio muy alto- me parece equivocada. Por favor, dejen que esta siga siendo la película de Brandon”
En mayo de 2018 se conocía la noticia de que El director Corin Hardy y el actor Jason Momoa dejaban la película.
El propio Corin HArdy declaraba:
“Siempre supe que la idea de hacer una nueva versión de ‘El Cuervo’ no iba a convencer a todo el mundo porque es una película muy querida. He hecho todo lo que he podido durante estos tres años y medio de trabajo para crear algo que estuviera a la altura de la franquicia; de la novela gráfica de James O’Barr y de la película original dirigida por Alex Proyas respetando, por supuesto, a Brandon Lee. Quería hacer algo de lo que yo, fan obsesivo de la historia, pudiera estar orgulloso. Y hemos estado muy cerca de conseguirlo… Pero, a veces, cuando amas tanto algo tienes que tomar decisiones difíciles. Y ayer decidí que era el momento de dejar marchar el sueño de este proyecto oscuro y emocional. Ha sido una decisión muy difícil. Los edificios se queman, la gente muere, pero el amor real es para siempre”.
Así que parece que, de momento, el cuervo, el vengador zombie más famoso del cine, no volverá de entre los muertos a ejercer justicia.
Música del programa:
- La guapa y los ninjas, de Los Ganglios
- Como Lovecraft, de La monja enana
- Arcadia wonders
- On tiptoe y Oriental atmosphere, de https://www.purple-planet.com/
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