El otro día fui al cine a ver Thor: Ragnarok y, a los pocos minutos, mi acompañante me miró y me dijo, «¿pero esta película es de risa?», pero en realidad Thor: Ragnarok es fantasía cómica de Marvel al estilo Pratchett.

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©Marvel Studios 2017

¿Por qué?

Sigue leyendo y te lo cuento.

Thor: Ragnarok. Fantasía cómica de Marvel al estilo Pratchett

En literatura, y por extensión en el resto de géneros narrativos aplicables a otros formatos, como el cine, la mezcla de fantasía con humor se suele denominar como fantasía cómica, humor fantástico, fantasía humorística o ficción absurda.

Seguro que hay más formas de llamarlo que consistirán en diversas combinaciones de estos términos, pero básicamente todos vienen a decir lo mismo.

Bueno, quizá haya un leve matiz, porque la ficción absurda nos presenta a personajes ordinarios que se ven enfrentados a fuerzas sobrenaturales y elementos fantásticos, creándose situaciones surrealistas que propician el humor absurdo y, si bien Thor: Ragnarok tiene muchos momentos de humor absurdo del bueno que te arrancarán una carcajada, no encaja en esta subdivisión del género, puesto que su protagonista es un dios del Valhalla, es decir, un ser que es de todo menos una persona normal.

De hecho es este matiz el que hace de Thor: Ragnarok fantasía cómica, puesto que el protagonista se mueve dentro de su universo natural, que es un universo fantástico plagado de puertas dimensionales, seres de razas de fantasía y entidades cósmicas y sobrenaturales, como dioses, valquirias y demás seres mitológicos.

Y lo mejor es que Thor: Ragnarok demuestra que la fantasía cómica funciona bien, pues la película es un espectacular desfile de escenas de acción y gags desternillantes con momentos de humor absurdo, alguno de los cuales nada tendría que envidiar a La vida de Brian (atentos a la nave de recreo del tirano Grandmaster).

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Jeff Goldblum borda su papel cómico como Granndmaster ©Marvel Studios 2017

Cuando la hija secreta de Odín, Hela, diosa de la muerte, decide recuperar su derecho al trono, Thor y su hermanastro Loki serán desterrados de Asgard, y tendrán que emprender una aventura con todos los elementos clásicos del viaje del héroe para intentar detener la llegada del Ragnarok, el fin del mundo de la mitología nórdica

Esta sinopsis de Thor: Ragnarok bien podría estar en la contraportada de cualquiera de los libros de Mundodisco de Terry Pratchett.

Es una pena no poder entrar en detalle para no hacer spoilers, porque la película tiene momentos muy logrados e hilarantes.

Otra de las cosas que nos enseña Thor: Ragnarok es que el humor de la fantasía cómica ayuda a normalizar aspectos de la trama y del universo que nos plantea la película, que de otra forma resultarían exagerados y harían muy difícil la suspensión de la incredulidad para poder disfrutar de la historia puesto que, con tal acumulación de elementos de ciencia ficción y mitología, de otra forma rozaría lo kitsch  por su barroquismo, pero la película lo afronta sabiamente desde la autoparodia.

Y lo mejor es que consigue todo esto encajándolo en el universo Marvel sin que desentone ni desmerezca del conjunto, pues una de las virtudes de este universo de ficción es precisamente ser como la pizza de las narraciones fantásticas, porque le puedes añadir casi cualquier cosa.

De hecho, en el universo Marvel tenemos elementos de ciencia ficción, como demuestra la saga de Guardianes e la galaxia, todas las mitologías que se le ocurrieran en su día a los guionistas, y que no son pocas, porque tenemos desde dioses griegos (Hércules era uno de Los Vengadores) hasta dioses del panteón Nórdico, pasando por monstruos de terror clásico, pues hombres lobo o criaturas del terror gótico con nombre propio no faltan: aún recuerdo cuando mi madre me echaba la bronca por leer un tebeo que me encantaba en el que Spiderman tenía que vérselas con el propio Drácula, porque luego me daban pesadillas.

Y el monstruo de Frankenstein tampoco fue una excepción.

Y para muestra un botón.

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El monstruo de Frankenstein le da al Capi América «saludos de hostia fina».

Y una vez más esto me trae a la mente la fantasía cómica, pues el Mundodisco de Pratchett es otro de los universos de ficción que ha logrado amalgamar elementos dispares sin que el conjunto se resienta, desde monstruos del terror más clásico hasta elementos de los mitos de Cthulhu, y toda suerte de dioses y seres mitológicos.

Es por eso que me atrevo a admitir que, en síntesis Thor: Ragnarok es fantasía cómica al mejor y más puro estilo Marvel.

Espero que te haya gustado este artículo, y me gustaría saber tu opinión en los comentarios.

Ahora, si te apetece más fantasía cómica, échale un vistazo a esta historia de humor y mitos de Cthulhu, o descárgate este libro que contiene mucho humor y alguna historia de fantasía cómica, pero dentro del subgénero de la ficción absurda.

¿Cuál es esa historia? Tendrás que descubrirlo tú mismo.