En este episodio repasamos el mito del Wendigo, tanto la leyenda original de los indios americanos como el relato que inmortalizó a la criatura, y también repasamos las veces que este simpático primigenio ha aparecido en novelas, cómics, videojuegos y películas.
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Wendigo: el horror que surgió del frío.
En el curso del día siguiente -salieron a las siete, dejando a Punk en el campamento con el encargo de que tuviera comida y lumbre siempre preparadas-, Simpson contó bastantes cosas más sin sospechar que, en realidad, era su tío quien se las estaba sonsacando. Para cuando llegaron al lugar donde comenzaba el rastro, junto al escondrijo de la canoa, Simpson había contado ya que Défago habló de «algo que él llamaba Wendigo» que había llorado durante el sueño, y que él mismo había creído notar un olor raro en el campamento, y que había experimentado ciertos síntomas de excitación mental. Asimismo, admitió haber experimentado el efecto turbador de «aquel olor extraordinario, acre y penetrante como el de los leones». Y cuando se encontraban a menos de una hora del Lago de las Cincuenta Islas, dejó caer otro detalle, que más adelante calificó de estúpida confesión debida a su estado de histerismo. Dijo que había oído al guía desaparecido «pidiendo ayuda». Omitió las extrañas palabras que éste había proferido, sencillamente por no repetir aquel absurdo lenguaje. Además, al describir cómo las pisadas del hombre, en la nieve, se iban convirtiendo gradualmente en una réplica en miniatura de las huellas profundas del animal, se calló intencionadamente que tanto las zancadas del uno como las del otro eran de dimensiones completamente increíbles. Le pareció oportuno llegar a un término medio entre su orgullo personal y la absoluta sinceridad, y decidir en cada caso lo que debía y lo que no debía contar. Sí mencionó, pues, el tinte encendido de la nieve, por ejemplo, y no se atrevió a contar, en cambio, que tanto el cuerpo como el lecho del guía habían sido arrastrados hacia afuera de la tienda…
—El Wendigo, de Algernon Blackwood—
Espero que vengas con ropa de abrigo, porque vamos a ir a las extensiones heladas del gran norte, esos páramos solitarios y helados, a la búsqueda de una leyenda.
Allí donde el viento es frío y desgarrador, donde las nieves perpetuas son testigo mudo del paso del tiempo, según las leyendas habita un espíritu, según unos, una bestia corpórea, según otros.
Es en estos bosques solitarios y helados donde acecha el Wendigo, susurrando el nombre de sus infortunadas víctimas, normalmente cazadores que se han aventurado en sus dominios y a los que las tormentas de nieve impiden volver a sus hogares, dejándolos solos, ateridos, y con un hambre atroz…
Wendigo, wiindigoo, wìdjigò o Windigo es un término que proviene del proto-algonquino wi·nteko·wa, que significa «búho».
Los indios de las primeras naciones algonquinas de la zona de Nueva Escocia, en la costa este de Canadá, en la región de los grandes Lagos y en el estado estadounidense de Wisconsin, lo usaban para designar a un espíritu malvado, o a los seres humanos que habían sido poseídos por este y convertidos en Wendigos.
El Wendigo es la personificación del invierno, de la glotonería, la codicia, del hambre insaciable que conlleva a cometer actos de canibalismo, y de los tabúes culturales asociados con estos comportamientos.
Este mito ha sido popularizado por el cine y la literatura, llegando hasta nuestros días a través de libros, series, películas y videojuegos.
Uno de los responsables de su extensión fue nuestro amigo H. P. Lovecraft, dado que incluyó el relato El Wendigo, del Algernon Blackwood, en su ensayo El horror sobrenatural en la literatura, calificándolo como uno de los mejores relatos de terror jamás escritos.
Así comenzó la vertiente de este mito dentro del horror cósmico y su asimilación al panteón de deidades dentro de la cosmogonía de los mitos de Cthulhu.
Pero de todo eso hablaremos más adelante.
Porque, como suele suceder con los mitos que se convierten en arquetipos de la cultura humana, esta terrible criatura ha roto la barrera de la ficción, llegando a nuestra realidad, dado que ha habido casos de gente que afirma haber sido poseída por este ser.
Pero de eso también hablaremos más adelante.
Pero empecemos analizando el origen del mito…
En todas las culturas donde está presente el mito del wendigo existe la creencia de que los seres humanos pueden convertirse en este monstruo si alguna vez practican el canibalismo o si son poseídos por el espíritu demoníaco de un wendigo, a menudo durante un sueño. En cuanto se da la transformación, la persona se volverá violenta y obsesionada con el consumo de carne humana.
En estos casos el Wendigo adoptaba el aspecto de la persona que era víctima de la maldición. Simplemente esta adelgazaba hasta el extremo, su piel se volvía macilenta y sus dientes crecían de forma monstruosa.
Uno también podía transformarse en Wendigo si era poseído por un chamán.
Hay leyendas nos hablan de Wendigos que pueden cruzarse con mujeres humanas, y que incluso llegan a tener hijos híbridos entre Wendigo y humano.
Entre los relatos que recogen referencias al wendigo, pervive uno muy famoso, que se sitúa en el año 1878: cuenta la historia de un nativo americano que fue expulsado de la tribu cree, con lo que tuvo que refugiarse junto a su familia en el bosque. Un tiempo después, este hombre llegó a una ciudad cercana, demacrado y desesperado. Al parecer, su familia había muerto de inanición.
Pero los habitantes de la ciudad no le creyeron, y llamaron a las autoridades para esclarecer el caso. Finalmente, el hombre tuvo que guiar a la policía hasta la cabaña donde había estado viviendo con su familia. Allí, encontraron un espectáculo macabro: los restos de su mujer y sus hijos estaban esparcidos por el suelo, y los cadáveres habían sido parcialmente devorados. El padre de familia fue condenado a morir en la horca; antes de morir, se defendió afirmando que el wendigo le había poseído, obligándole a matar a su familia.
Se cuenta también la leyenda de una joven que, al tener su primer periodo, fue obligada a alejarse del pueblo hasta que se le pasara, y desde su refugio pudo ver llegar un Wendigo a su poblado, que arrasó todo.
La joven se refugió subiéndose a un árbol, y cuando el Wendigo la descubrió y trató de atraparla, ella le orinó encima.
Al verse impregnado por orina y sangre, el Wendigo enloqueció con el olor del fluido vital, abríendose las entrañas a sí mismo, tras lo cual se alejó, maltrecho, dejando libre a la muchacha.
A veces los mayores de las tribus se podían transformar en Wendigo, siendo las abuelas los más peligrosos, dado su gran manitú o poder espiritual.
Como todas las leyendas urbanas, o en este caso, campestres, además de la función de consensuar lo que es aceptable dentro de la realidad de un sociedad (lo que es posible y lo que no), esta leyenda tenía un uso educativo y aleccionador: disuadir a las tribus de la práctica tabú del canibalismo, al que podían verse forzados por el aislamiento en los duros inviernos.
Como la mayoría de los tabús, se fundaba en la intuición de que el canibalismo conllevaba perjuicios a nivel de especie, como la enfermedad priónica del Kuru.
Quizá este mito también refleje de forma inconsciente la intuición de la sicopatía en ciertas personas, dado que una versión de la leyenda cuenta que cuando una persona se aislaba debido al invierno, el espíritu del wendigo le poseía y le congelaba el corazón convirtiéndolo en hielo, lo que le llevaba a convertirse en un asocial que ansiaba la carne humana.
Quizá esto fuera una forma de explicar la falta de empatía de los psicópatas, cuyo corazón podría decirse que es frío como el hielo y que ciertamente son asociales, dado que estamos ante un trastorno que también se conoce como antisocial de la personalidad.
El Wendigo en la literatura
Con todos estos elementos tan llamativos, no era de extrañar la leyenda del Wendigo excitara el subconsciente de los colonizadores americanos, que permitieron el salto de esta criatura de la mitología a la ficción.
Su inclusión en la cosmogonía de los mitos de Cthulhu se corresponde en parte con el intento de Derleth de sistematizar los mitos, asimilando, erróneamente, algunos de los primigenios con los cuatro elementos, creando antagonismos entre ellos.
Así, Derleth intentó asociar a Cthulhu al agua, a Cthuga al fuego, y IThaqua sería deidad elemental del aire.
En el libro Cementerio de animales (1984), del estadounidense Stephen King, se menciona al wendigo como la entidad responsable del maleficio imperante en el cementerio de los micmac que hace que todo aquel que sea enterrado en este cementerio vuelva a la vida como un ser lleno de maldad al que le gusta asesinar y torturar mentalmente a sus víctimas.
También aparece como personaje en la novela El mago: Los secretos del inmortal Nicolas Flamel (2007).
Nuestro amigo y colaborador Jaume Vicent, basándose en una de las adaptaciones para televisión del mito que veremos un poco más tarde, y desarrollando una visión personal que mezcla el mito indio original con el horror cósmico, creó su magnífica novela Blackwood, piel y huesos, y su precuela, en forma de relato “Viejas huellas”.
Otros saltos de esta criatura al mundo literario son Noche de Navidad o El Wendigo de 2017, del español Javier Torras de Ugarte, o la ópera prima de Judith Vicente de Vera, que vio la luz en 2019 bajo el título de Wendigo.
Por su parte, el novelista Rick Yancey dedicó el segundo volumen de su saga de literatura juvenil Monstruólogo a esta criatura con el título La maldición del Wendigo.
El salto del Wendigo a la cultura de masas
Sin embargo, el primer signo de que el Wendigo estaba saltando con sus prodigiosas zancadas a la cultura de masas vino de la mano de Marvel.
En abril de 1973, en The Incredible Hulk # 162, creado po el escritor Steve Englehart y el dibujante Herb Trimpe incluyeron al Wendigo como rival del gigante esmeralda.
En el universo Marvel el Wendigo se encarna en diferentes personas como manifestación de una maldición por cometer canibalismo en los bosques del norte de Canadá.
Al inicio de la historia de este supervillano, solo una persona podía convertirse en Wendigo, por lo que el portador de la maldición podía librarse de esta si la pasaba a otra persona, pero, con la constante evolución que caracteriza a este universo, posteriormente se nos reveló que en el Estrecho de Bering habitaba toda una manada de estas criaturas.
El universo Marvel a menudo es gran fuente de flichornismo, y esto se nos demostró en el episodio en que el propio Hulk fue infectado por la maldición del Wendigo, convirtiéndose en Wendihulk, que no me quiero imaginar lo que tenía que comer, pero finalmente se curó, acabando con este análogo marvelita de El ligre.
También Lobezno ha tenido sus más y sus menos con el Wendigo (y con varios de ellos a la vez). En ocasiones ha sido un peligro tan evidente que ha unido a varios supergrupos (X-Men y Alpha Flight, por ejemplo).
Mientras que normalmente se representa como una bestia salvaje sin control, los wendigos han aparecido como parte de varios grupos de villanos, mostrando cierta moderación cuando no luchan. El personaje de Wendigo también ha aparecido en varias series de dibujos animados de Marvel.
El Wendigo en los juegos de rol
Si queremos vernos cara a cara con esta criatura podemos aprovechar su profusa aparición en juegos de rol, dado que forma parte del extensísimo bestiario del juego de rol de fantasía Dungeons and Dragons y también ocupó un lugar dentro del Universo del Mundo de Tinieblas en su juego Hombre lobo: El Apocalipsis, en el que se incluía una tribu de hombres-lobo, llamada Wendigo.
Pero si en algún juego de rol se ha desarrollado este mito sin duda ha sido en la llamada de Cthulhu, al ser uno de los dioses primigenios, en el que ha llegado a tener incluso una campaña propia, Walker in the wastes, la primera campaña para La Llamada de Cthulhu publicada por la editorial Pagan Publishing con licencia de Chaosium.
Por supuesto, también es uno de los enemigos que nos encontraremos en toda la gama de los juegos de tablero de Arkham Horror files, de fantasy flght games.
El Wendigo en los Videojuegos
El mundo de los videojuegos también ha utilizado este mito apareciendo en títulos como Final Fantasy VII, Fallout 76 o en la saga RPG japonesa Megami Tensei .
Aunque sin duda, en este ámbito cabe destacar la aventura gráfica Until Dawn, que está planteada como una película de terror interactiva cuyos gráficos se basan en actores reales, teniendo como uno de sus protagonistas al propio Rami Malek.
Este fantástico videojuego, que ya reseñé en el episodio 21 de la tercera temporada, nos cuenta la historia de un grupo de jóvenes amigos que se reúnen para pasar una noche en un aislado refugio de alta montaña, y deberán sobrevivir a una noche de terror gracias a las decisiones que tome el jugador.
Este videojuego fue ganador de un premio BAFTA, otorgados por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión.
Como curiosidad decir que uno de sus guionistas es un individuo muy ligado al Wendigo, como veremos a continuación, el escritor, actor y guionista Larry Fassenden.
Este actor y guionista, que parece estar obsesionado con el Wendigo, también ha dirigido varias películas sobre el mito y el cortometraje documental “Searching for the Wendigo”.
El Wendigo en la televisión
La televisión, por su parte, nos mostró al Wendigo en el episodio 12 de la primera temporada de la serie embrujadas, en el que Piper era atacada por una de estas criaturas.
Y si Luis, nuestro colaborador de El Estampío, estuviera aquí presente, ahora pondría una sonrisa, dado que esta criatura sobrenatural fue una de las primeras a la que se enfrentaron los hermanos Winchester en la serie de televisión Supernatural, valga la redundancia.
Una serie que reflejó al Wendigo de manera alegórica fue Hannibal.
En ella, el protagonista, Will Graham, tenía visiones en las que representaba un asesino caníbal que estaba persiguiendo, y que finalmente descubriría que no era otro que Hannibal Lecter, relaciona a Hannibal como la figura mitológica del Wendigo.
Nuestro monstruo antropófago favorito también se ha pasado por series como Teen Wolf, Grimm, Haven, la serie sobre falsos documentales found footage Lost tapes, la serie de los 90 Psi factor: Crónicas de lo paranormal, la serie canadiense Rabbit fall, con su episodio The Wittigo, Los gemelos Edison, en la serie Sleepy Hollow y un sinfín más, sobre todo de series canadienses, dado que es un mito que forma parte de su folclore.
EL mito del Wendigo ha llegado incluso a la animación infantil, colándose en productos como My Little Pony: La Magia De La Amistad, en la que los Wendigos aparecen como antagonistas, e incluso ha colonizado el anime, como pudimos ver en Digimon, donde aparecía como Wendigomon.
Pero si tuviera que quedarme con una ficción visual sobre el Wendigo, sin duda elegiría un episodio de la serie antológica Fear itself o Terror en estado puro, dirigido por el anteriormente mencionado Larry Fessenden.
Se trata del terrorífico mediometraje Skin & Bones, traducido en nuestro país como Estar en los huesos, que nos cuenta la historia de un ranchero que desaparece tras salir a cazar a las montañas y ser sorprendido por un tormenta de nieve.
Cuando su familia ha perdido toda esperanza de encontrarlo con vida, el hombre reaparece, pero está en un estado lamentable con una delgadez extrema y una extraña mirada.
Con el paso del tiempo se darán cuenta de que no regresó solo, trajo dentro de sí algo que habita en lo más profundo de los bosques helados…
Me ha sorprendido mucho encontrar una película de 1978 dirigida por un tal Rodger Darbonne y titulada Wedigo, que supuestamente es una adaptación del relato de Algernon Blackwood, pero me ha resultado imposible averiguar si llegó a doblarse al castellano.
Unos años más tarde, otra producción canadiense de bajo presupuesto, dirigida por Jim Makichuk retomaría el tema bajo el título Ghostkeeper.
El argumento nos muestra a tres amigos en una excursión de motos de nieve en la víspera de Año Nuevo se encuentran varados en una cabaña abandonada donde la posadera oculta un siniestro secreto.
Al parecer la película explora la vertiente de los humanos poseídos por el Wendigo, pero no lo expresa de forma explícita.
El Wendigo ha llegado incluso a hacer sus pinitos en la comedia de terror en la década de los 90 con títulos como Frostbiter: Wrath of the Wendigo, en la que un par de rednecks bastante idiotas rompen un círculo sagrado indio desatando la ira de este espíritu maligno.
Y sería en los años 90 cuando llegaría la mejor película sobre este mito, de la mano de la directora Antonia Bird: Ravenous.
Con actorazos como Guy Pearce, Robert Carlyle y Jeffrey Jones en el reparto, nos sitúa a mediados del siglo XIX, cuando un héroe de la entre México y EE.UU que en realidad sobrevivió por actuar con cobardía es destinado a un fuerte en plena sierra Nevada californiana. Cuando el superviviente de una avalancha llegue al campamento, todos se preguntarán como ha sido posible que sobreviviera tantos días aislado en la nieve.
Personalmente me gustó mucho esta película, entre otras cosas porque tiene la misma estructura que una partida del juego de rol La llamada de Cthulhu, aunque su visión del Wendigo es más cercana al mito clásico que a la visión del universo lovecraftiano.
El rastro del Wendigo en el cine se pierde en las nieves del tiempo con sus enormes zancadas, al punto de que la siguiente huella la encontramos en el que sería el inicio de lo que me voy a permitir llamar la trilogía del Wendigo de nuestro amigo, el Wendiguer por excelencia (que digo yo que así se les llamará a los fans del mito) Larry Fessenden.
En 2001 comienza esta locura wendiguil con, Escalofrío (Wendigo), una película lenta e infumable de bajo presupuesto con ínfulas de cine indie que nos cuenta la historia de una pareja que va con su hijo a pasar el finde al norte de Nueva York y se topan con un sociópata.
Y de fondo por ahí, de vez en cuando, hablan algo del Wendigo.
En 2006 estrenaría The Last Winter, otra película lenta, pero con algo más de presupuesto, que le dio para contratar a una estrella de segunda B como Ron Perlman.
Quienes la han visto dicen que es un tostón, pero tendréis que juzgar por vosotros mismos, porque yo no la he visto.
La película nos plantea la historia de un equipo de una compañía petrolera trata de establecer una base para perforar en el subsuelo en el norte de Alaska, pero pronto empezarán las desapariciones de miembros del equipo.
Todo un despropósito del que se redimiría 7 años más tarde con la ya mencionada Skin & Bones, en la que parece que ya perfeccionó su habilidad como director ofreciéndonos una de las versiones más terroríficas sobre este mito.
En la década siguiente el Wendigo reaparece, como buen ser criptozoológico, y en 2014 lo tenemos en Black mountain side, una historia sobre un grupo de arqueólogos afincados en las tierras al norte de Canadá que hará un descubrimiento que puede cambiar el rumbo de la humanidad para siempre: Unas ruinas totalmente desconocidas con más de diez mil años de antigüedad.
Ahora es decisión del equipo como comunicar tal descubrimiento, pero pronto se darán cuenta que están completamente aislados en medio de la nada. Algo extraño parece estar acechando a todo el equipo…
Con una premisa tan lovecraftiana ha pasado directamente a mi cola de pendientes, ya os contaré qué tal.
Este año también vio la luz Dark was the night, protagonizada por, Kevin Durand, el fornido actor que hiciera de mercenario en Lost, de bardo en Vikings, y de Vassily Fet en the Strain.
Esta vez el Wendigo se ve obligado a desplazarse hacia al sur y cruzar la frontera entre Canadá y Estados Unidos debido a la tala indiscriminada de árboles, lo que supondrá un quebradero de cabeza para el Sheriff del pueblo de Maiden Woods.
Se deja ver.
Devil in the dark, de 2017, es otra producción canadiense que pasó desapercibida y en la que se nos insinúa el mito del Wendigo.
Y la que estoy deseandito de ver en cuanto la pille es Antlers guillermo, que en teoría se estrena este año, y que cuenta con la garantía de estar producida por Guillermo del Toro.
La película se basa en el cuento The Quiet Boy, del guionista y escritor Nick Antosca que fue el responsable de la magnífica serie de terror Channel Zero, de la que hemos hablado alguna vez en el programa.
Y algo me da en la nariz, conociendo a Del Toro, de que quizá esta película tenga un cierto toque de los mitos de Cthulhu a la hora de plasmar su visión del Wendigo, y lo hago basándome en estas declaraciones que ha dado al hablar de la película y del monstruo protagonista:
“Tenemos que recordar que no estamos creando un monstruo, estamos creando un dios”.
¿Tendremos por fin a Ithaqua en la gran pantalla?
En la película, la maestra y el sehriff de un pequeño pueblo de Oregon tendrán que enfrentarse a una serie de sucesos extraños cuando traten de ayudar a uno de sus alumnos que dice tener a una criatura sobrenatural en casa.
Y, estando como estamos en El horror có(s)mico con la s entre paréntesis, no podíamos terminar este especial sobre el Wendigo con una nota de flichornismo Wendiguil.
El encargado de aportar dicha nota flichornosa ha sido el estadounidense Bruce Wemple al estrenar este año Dawn of the Beast, en la que, básicamente un grupo de estudiantes se adentran en los bosques en busca del Bigfoot, y de regalo se llevarán también al Wendigo.
Ver fostiarse al Wendigo con el Bigfoot, por muy mala que sea, es algo que tengo que hacer antes de irme al otro barrio…
Así que aquí te dejo este puñado de obras de ficción por si, al igual que el amigo Larry Fessenden, eres un Wendiguer, tengas donde elegir.