Desde siempre mi problema ha sido el identificarme a cualquier tipo de grupo, colectivo, seña de identidad o clasificación. Hoy te cuento por qué me pasa esto para encontrar mi género literario: Pulp, humor o terror.
La cosa viene de lejos
Cuando practicaba karate, por ejemplo, no encajaba en el grupo de los que lo veían solo como un deporte, a pesar de haber participado en varios campeonatos provinciales, en el de Andalucía y en el de España, porque no me gustaba mucho la competición deportiva, pero tampoco encajaba con los que practicaban karate tradicional, porque no hacían combate apenas, y decían que mi estilo era demasiado duro.
Pues así con todo.
Y como no iba a ser menos, me pasa también con la escritura. En teoría, para poder hacerte un sitio en la publicación independiente tienes que especializar tu nicho lo más posible, escribir de un género determinado.
Pero a mí es que me cuesta un montón. Soy como el escritor que salía en la película Amanece que no es poco, que por mucho que se esforzara, al final siempre le salían plagios de Faulkner.
En mi caso no son plagios, pero sí obras que no encajan completamente en un género.
Qué le voy a hacer.
Solamente lo conseguí con el minilibro Cuatro caminos hacia el Hades (que puedes descargar gratis aquí o leer en Wattpad) en el que sí conseguí centrarme en el terror puro y duro.
Pero con los otros libros… ¡Ay, con los otros!
Cuando escribí Historias que no contaría a mi madre, algunos de los relatos eran de acción y humor, otro de terror y humor, y todos con un toque pulp.
Por lo tanto, la mejor forma que se me ocurre de describir esta serie de libros es pulp cañí, es decir, pulp (con la exageración y el estilo dinámico que conlleva) mezclado con elementos casposos con denominación de origen ibérica.
Pulp también porque una de mis mayores inspiraciones es Lovecraft, como dejé claro en Imposible pero incierto (una novela de horror có[s]mico).
Tras esto escribí Lo poco que sé del misterio, que es un ensayo sobre mis experiencias tratando de experimentar si los fenómenos paranormales pueden ser investigados desde el punto de vista de un aficionado cualquiera, y en el que también hablo de mis viajes a lugares misteriosos. Pero lo cuento con un toque de humor, así que estamos en las mismas.
En futuras novelas, que no pertenecen a la serie Historias que no contaría a mi madre, continúo mezclando los fenómenos paranormales con el terror y el humor, aunque creo que esta vez me está saliendo algo menos pulp, pero la verdad es que no sabría muy bien cómo definirlo.
¿Qué soy? ¡Oh my god!
Dice el proverbio zen que un puño, si se abre, es una mano, pero que ambas no dejan de ser la misma cosa, en un intento de hacernos ver que los fenómenos que componen la experiencia humana son inclasificables, y que cuando tratamos de etiquetarlos los estamos limitando.
En mi caso no sé si me estoy limitando o no, lo que sé es que todavía no encuentro mi “sitio” dentro de las categorías a las que estamos acostumbrados.
Haciendo una comparativa, he visto que podría estar entre la ficción absurda de Christopher Moore y la novela satírica de Chuck Palahniuk, así que al final que se ve que hay tantos subgéneros literarios como uno se quiera inventar, o eso me parece a mí.
En este blog ya se han inventado tres: La ligrótica (también conocida como literatura calientaburras), la churrótica
y el young ligre
Ligrótica
Young ligre
Churrótica
#Fale, etiquetado. jajajaja. Yo no me agobiaría por las etiquetas, ya sabes que uno de mis autores favoritos es Pratchett y es un autor que mezcla géneros y que resulta muy difícil de etiquetar. Así que ya sabes, sigue con tu propio estilo, y algún día puede que a algún autor novel se le compare contigo.
Jaja! Gracias. En los próximos días hablaré de este tema. Parece una tontería, pero poder definirse ayuda bastante. Investigando he descubierto que a autores como Pratchett o Moore los encajan dentro de la ficción absurda, así que voy a hablar un poco del género.
#inclasificable
Y me gusta más así. En nichos sobados como el mío (el inglés) o los tuyos (sea horror o humor), lo suyo es la variedad, destacarte aunque sea un poco de lo que hay en el mercado. Gracias por el libro gratis, me lo pillo a ver qué tal :)
Gracias a tí por comentar y por leerlo. Te recuerdo que son dos, uno que te puedes descargar en el apartado «Descargas», que es «Cuatro caminos hacia el Hades», un recopilatorio de 4 cuentos de terror, y el otro lo puedes conseguir suscribiéndote por mail al blog. Es mi primer libro, «Historias que no contaría a mi madre», que publicara en 2004 con la editorial Zócalo.
Además, por si te interesa, estoy mandando a los suscriptores por mail del blog un capítulo mensual de una nueva noveal aún inédita.
Un saludo.
Ya me he suscrito, gracias :)
Gracias a ti ;)
Tienes un estilo propio, lo cual no es malo. Las etiquetas siempre las he visto, como dices en tu artículo, como algo limitante o encasillante. No te apegues tanto a ellas, ni siquiera a la de escritor indie. Stephen King también se mueve mucho en varios géneros (ciencia ficción, drama, terror, entre otros).
¡Ay, Roger, ojalá todo el mundo me viera con tan buenos ojos como tú! King puede hacer lo que quiera, el es un maestro, yo soy un pringadillo tratando de abrirme sitio en mi nicho… Un abrazo y gracias por comentar ;)
Yo te veo muy pulpero y eso no tiene de malo, chaval, al contrario, solo nosotros nos podemos permitir límites de gamberrismo inimaginables para el resto. Eso sí, tenemos que saber en lo que nos metemos, que no siempre es fácil lidiar con el personal.
Como siempre, dónde vas triunfas.
Genial artículo, RR!
Un abrazo!
¡Gracias Jaume! La verdad es que el pulp es un género en el que me siento muy cómodo, pero también me tira mucho la ficción absurda de Pratchett, de hecho su libro «El color de la magia» fue uno de los factores que me animó a lanzarme a publicar Historias que no contaría a mi madre.
En cuanto a lidiar con la gente, tengo práctica. La primera vez que mi padre leyó el borrador de Historias que no… me dijo que escribiéndo cosas así solo iba a conseguir que me metieran en la cárcel XD.
Al final con el tiempo lo asumió y se desdijo, y ahora es el que más me apoya (siempre que no aspire a vivir de esto, no vaya a ser que me muera de hambre… no le queda nada que pasar…) Ya sabes como son los padres, ellos lo hacen con la mejor intención, pero en esta vida uno tiene que cometer sus propios errores y conseguir sus propios aciertos.
Gracias por leer y comentar. ¡Un abrazo!
¿Y necesitas etiquetarte por algo en particular? (es curiosidad malsana ). ¿Cómo definirías a Connolly y su Charlie Parker? y a tantos otros que me vendrán a la cabeza en el mismo instante en que envíe este mensaje. Sinceramente, no sabría incluir tu estilo en una única categoría pero, a la gran mayoría de mis autores preferidos, tampoco; lo único que sé es que disfruto con tus libros ¿qué más se puede pedir?.
Un saludo
¡Por mi parte poco más! Comentarios como el tuyo son los que hacen que los escritores seamos felices ;)
Pero es cierto que, para que los libros tengan visibilidad, hay que colocar lo que uno hace y su plataforma de autor (sobre todo el blog) en el long tail de google (puesto que los autores pequeñitos carecemos de la maquinaria de promoción de las grandes editoriales), y esto solo es posible escogiendo las palabras clave adecuadas que te «definan», pero coincido contigo, a mí tampoco me van demasiado las etiquetas.
¡Muchas gracias por comentar!