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En esta entrada voy a hablar de las influencias que tuve al escribir libros de humor, concretamente mi primer libro, Historias que no contaría a mi madre, y de los parecidos que los lectores han encontrado con otras obras.

Por cierto, que este libro (que fue publicado con la editorial Zócalo en 2002, lo puedes conseguir gratis suscribiéndote al blog).

¿Qué me impulsó a escribir un libro de humor?

Comencé a escribir Historias que no contaría a mi madre allá por 1997. Aún recuerdo el gatillo que pulsó el detonante de mi creatividad.

Era una mañana de clase, en el campus, e iba camino de la cafetería con mi amigo Espuny, que me preguntó si yo había escrito un relato un tanto cafre que había sido publicado en un periódico o fanzine, no recuerdo bien, de la universidad, no uno oficial, sino hecho por alumnos, aunque tampoco me acuerdo del colectivo responsable.

Le dije que no, y entonces me acordé de que, en mi adolescencia temprana, había comenzado a escribir una novela de zombis y ciencia ficción, muchíiiisimos años antes de que el género literario Z se pusiera de moda, con la ambición de ser el escritor de fantasía más joven del momento. Supongo que el exceso de masturbación de la adolescencia te hace tener ideas extrañas.

También había colaborado con un ex-cuñado en una sección de una radio hecha por aficionados en Canarias, en el programa La uña mágica.

Era una sección espistolar llamada «Cartas desde la Yonbainada», que versaba sobre un investigador que iba a un barrio ficticio, la Yonbainada, en el que vivía el trasunto literario de John Wayne Bobbitt  , y que, como te puedes imaginar, era una ida de olla de soberano calibre.

Si algún día encuentro los originales de aquellas cartas manuscritas, que a veces tenían que censurar en el programa de radio, las transcribiré en el blog para tu tortura/deleite.

En fin, volviendo a aquella mañana de finales de otoño o principios de invierno, la memoria es traicionera, las palabras de mi amigo Espuny surtieron un efecto parecido a la magdalena de Proust, e hicieron que viejas sinapsis neuronales en desuso volvieran a conectarse, y pensé:

-¡Leñe, yo solía escribir, y seguro que puedo escribir algo mejor que eso!

Así que me puse manos a la obra con la primera historia de las que componen Historias que no contaría a mi madre, «Aventuras bizarras», que es un relato de humor/terror influenciado por el cine fantástico, Lovecraft, Clive Barker, el Mundo de Wayne y Beavis y Butthead.

Y eso que no tomaba drogas, bueno, aparte de algún botellón que otro, entiéndeme.

Estas dos últimas influencias se mantendrían a lo largo de todo el libro.

Mis influencias al escribir libros de humor

Ya a posteriori, antes la reedición de Historias que no contaría a mi madre en formato digital, una amiga que en parte es responsable de mi reaparición en la literatura digital, puesto que ella me puso al tanto de la existencia de Kindle Direct Publishing, me comentó, pues ella se había leído el libro en la edición en papel, que se parecía mucho a Lo mejor que le puede pasar a un cruasán.

Este libro no lo había leído hasta que hace unas semanas me lo dejaron, y lo empecé, sobre todo por ver si era verdad que tenían elementos comunes.

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Y algunos tiene, ambos son libros de humor con protagonistas algo sórdidos e inadaptados, hacen muchas referencias al cine y a la subcultura contemporánea, usan vulgarismos y lenguaje coloquial, son profusos en diálogos, pero a mi entender HQNCAMM tiene, a veces, un mayor tono de humor absurdo, y en ocasiones surrealista, y por supuesto se asemeja más al género pulp que a la novela negra clásica, incluyendo algunos toques fantásticos de los que carece la novela de Pablo Tusset, al menos hasta donde llevo leído.

Otra influencia natural y obvia, como he comentado muchas veces, es la de los libros humorísticos de Eduardo Mendoza, tal y como han hecho notar algunos lectores, por ejemplo, en esta opinión de Amazon:

Ingrid Yanguas Aguirre
Aunque algunas de las desternillantes situaciones que nos presenta el autor hacen que te rías a gusto, le falta algo de calidad o pulcritud, no se como llamarlo, en la escritura para que sea un libro de humor perfecto, casi a la altura de «Sin noticias de Gurb«.

Finalmente, otra de las influencias que tuve en mente al redactarlo, y que me animó a introducir elementos fantásticos, es la de Sir Terry Pratchett, y parece que no ha pasado desapercibida, como puede verse en esta magnífica reseña del libro que hizo la youtuber y blogger Aitziber Conesa.

Así que, como puedes ver, el libro es una mezcla variopinta de influjos.

Ahora te toca a ti comprobar el resultado y dejarme tus opiniones en el hilo de comentarios ;).

Y recuerda

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