
¿Los Mitos de Cthulhu son reales? Hay una religión que piensa que sí: La Orden Tifoniana

Y, de nuevo, la culpa de todo no la tiene Yoko Ono, como decía la canción, sino Aleister Crowley, o bueno, en realidad nuestra Yoko sería la que fuera mujer de Lovecraft, Sonia Greene.
El origen de la religión que piensa que los mitos de Cthulhu son reales.
El tercer diente de este tridente catacrocker es un tipo muy peculiar, que fue el que originó la Orden Tifoniana: Kenneth Grant.
Kenneth Grant: El adorador de los mitos de Cthulhu que invocaba a seres de otras dimensiones

Fue asistente personal de Aleister Crowley, y cuando este falleció, durante un tiempo, lideró la secta mágica de este, la Ordo Templi Orientis.
Posteriormente, Grant fundó la Orden Tifoniana, su propio grupo esotérico-religioso, y en algunos de sus libros, afirmaba que Lovecraft había tenido contacto con lo que el llamaba los «habitantes de la brecha sin dimensiones entre universos».
La magia tifoniana de Grant se basa en la invocación de seres de otras dimensiones incomprensibles para el hombre que eran los que Lovecraft había intentado describir en su obra, por eso en sus ritos se invoca a algunas de las deidades de los mitos de Cthulhu, como el propio Cthulhu,

Basándose en esto, Grant afirmó que los mitos de Cthulhu son reales, y lo argumentaba resaltando las coincidencias entre la obra de Crowley y la de Lovecraft.
Por ejemplo, afirmaba que tanto la mitología de Lovecraft como la de Crowley tenían unos textos de conocimiento centrales, en el caso de los mitos de Cthulhu el Necronomicon y en la doctrina de Crowley el Libro de la Ley, y él afirmaba que ambos libros habían sido dictados por entidades de otras dimensiones, a las que Crowley llamaba los Grandes Antiguos, y que en los textos de Lovecraft aparecían como Los Antiguos.
Además de esto, Grant resaltaba algunas coincidencias un tanto peregrinas, como el hecho de que Lovecraft hablara en algunos de sus relatos del Yermo Frío de la meseta de Len) y Crowley mencionara en sus escritos el Yermo Frío de Hadith, o que el gran Cthulhu yace soñando en R’lyeh y Crowley hablaba del sueño original de los Grandes Antiguos.
La explicación que da Grant a que en vida Lovecraft afirmara que no creía en ningún tipo de magia o superstición porque era un materialista racional estricto es, si cabe, igual digna de Juan Palomo:
Las pesadillas en las que Lovecraft basaba algunas de sus historias en realidad eran los contactos que estas entidades tenían con Lovecraft, pero el escritor las reprimía subconscientemente porque no tenía valor de admitirlo dado su sistema de creencias racionalista.
Sí, el se lo guisaba y el se lo comía, y más cuando, a renglón seguido (al menos en esto era honesto) en su libro The Magical Revival afirmaba que le constaba, por haber sido uno de los discípulos más cercanos a Crowley, que este no había conocido ni el nombre ni la obra de Lovecraft.
Tal y como afirma uno de los representantes de la Orden Tifoniana en la actualidad, Michael Staley en esta entrevista:
Grant sets out his understanding of the Cthulhu Mythos in a passage in Outer Gateways which is worth quoting at length:
Like other accounts of unclassifiable phases of earth’s history, the Cthulhu Cult epitomises the subconsciousness and the forces outside terrestrial awareness. It may be said in passing that true creativity can occur only when these forces are invoked to flood with their light the magical network of the mind. For purposes of explanation the mind may be envisaged as divided into three rooms, the edifice which contains them being the only real or permanent principle. These rooms are:
1) Subconsciousness, the dream state;
2) Mundane consciousness, the waking state;
3) Transcendental consciousness, veiled in the non-initiate by the state of sleep.The compartments are further conceived as being connected with the house that contains them, by a series of conduits or tunnels. The house represents trans-terrestrial consciousness. The invoked forces — Cthulhu, Yog-Sothoth, Azathoth, etc — are then understood, not as malignant or destructive entities but as the dynamic energies of consciousness, the functions of which are to blast away the delusion of separate existence (the rooms in our illustration).
O lo que es lo mismo, en román paladino:
Grant define su comprensión de los mitos de Cthulhu en un pasaje de Outer Gateways (Puertas Exteriores) que merece ser citado en su totalidad:
Como otros relatos de fases inclasificables de la historia de la tierra, el Culto de Cthulhu personifica el subconsciente y las fuerzas fuera de la conciencia terrestre. Vale decir que la verdadera creatividad solo puede ocurrir cuando se invocan estas fuerzas para inundar con su luz la red mágica de la mente. A los fines de la explicación, la mente puede concebirse como dividida en tres salas, el edificio que las contiene es el único principio real o permanente. Estas habitaciones son:
1) Subconsciente, estado de sueño;
2) Conciencia mundana, el estado de vigilia;
3) Consciencia transcendental, oculta en el estado de sueño para los no iniciados.Los compartimentos se conciben además como conectados con la casa que los contiene, mediante una serie de conductos o túneles. La casa representa la conciencia transterrestre. Las fuerzas invocadas, Cthulhu, Yog-Sothoth, Azathoth, etc., se entienden, no como entidades malignas o destructivas, sino como las energías dinámicas de la conciencia, cuyas funciones son destruir el engaño de la existencia separada.
Así las cosas, vemos que esta Orden esotérica que piensa que los mitos de Cthulhu son reales se basa solo en invenciones de su creador, pero no deja de ser un indicativo de la influencia que ha tenido Lovecraft en la cultura moderna que, en este momento, pueda haber algún flipado por ahí encendiendo velas y rezándole a Cthulhu un «padre nuestro del averno».
Cosas veredes Sancho, que te quitarán el habla…
Si te ha gustado este artículo, y quieres saber más sobre la vida y obra de Lovecraft, pero además divirtiéndote de lo lindo, puedes echarle un vistazo a esta novela en la que la biografía del propio Lovecraft es uno de los elementos de la trama, además del humor y los mitos de Cthulhu.
En ella, un par de estudiantes de universidad bastante juerguistas tendrán la desgracia de descubrir que los mitos de Cthulhu son reales, y deberán evitar que sus dioses oscuros ocasionen una catástrofe.
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